Las Alegres Divorciadas (III)

Pilar consigue apoyar el trasero en el sofá casi veinte minutos después. Entre tanto, Mateo se ha sentado al lado de Concha y frente a Teresa, que le ha puesto un copazo al chaval. Mateo tiene el brazo alrededor de la cintura de Concha, y de vez en cuando, roza una de las nalgas de la señora, que se muere de gusto cada vez que siente una caricia por encima de la tela de la falda.

Pilar consigue apoyar el trasero en el sofá casi veinte minutos después. Entre tanto, Mateo se ha sentado al lado de Concha y frente a Teresa, que le ha puesto un copazo al chaval. Mateo tiene el brazo alrededor de la cintura de Concha, y de vez en cuando, roza una de las nalgas de la señora, que se muere de gusto cada vez que siente una caricia por encima de la tela de la falda. Teresa mira a ambos divertida. Parecen dos adolescentes metiéndose mano.

-¡Pero bueno!-, exclama Pilar, que también observa...

CRÓNICAS DE ALICIA 1. El Viaje en Tren

Relato basado en el testimonio de una lectora agradecida. Agradezco la simpatía, el erotismo y la sensualidad que emanan de sus comentarios. Gracias!!

Alicia sube al tren todavía medio adormilada. Es pronto, muy pronto, apenas debe estar el sol asomando por el horizonte, cosa que podría asegurar si no fuera por ese montón de nubes bajas que cubren al astro rey y que alargan el amanecer. Siente el frío en las piernas y en los hombros, porque se ha vestido casi para matar. ¿Porqué coño me habré puesto esto?, piensa Alicia, sentándose en el vacío vagón. Mira alrededor. Nadie a la vista. Deja la mochila sobre la mesa, se acomoda en el asiento y sonríe para sí...

Las Alegres Divorciadas (II)

Las Alegres Divorciadas llegan después de comer a casa de Teresa, como todos los domingos. Virginia se ha caído de la convocatoria, y Teresa está convencida de que su ausencia se debe a lo gazmoña que es: le encantaría que Mateo le metiera esa pollón...

Las Alegres Divorciadas llegan después de comer a casa de Teresa, como todos los domingos. Virginia se ha caído de la convocatoria, y Teresa está convencida de que su ausencia se debe a lo gazmoña que es: le encantaría que Mateo le metiera esa pollón, pero tiene que mantener una imagen. Seguro que acabará intentando quedar a solas con el chico para seducirlo. Porque Virginia no tontea: ella seduce. Virginia no se rebaja como una perra: coquetea. Virginia no chupa pollas: hace felaciones. Y por supuesto, Vir...

Las Alegres Divorciadas

-Mira lo que me ha mandado Concha-, dice Teresa con el móvil en la mano. Se acerca hasta Mateo, que lee en el salón. Coge el móvil y casi se cae de la sorpresa. Llenando la pantalla, se ve una lengua rosada lamiendo un pedazo de carne peluda.

-Mira lo que me ha mandado Concha-, dice Teresa con el móvil en la mano. Se acerca hasta Mateo, que lee en el salón. Coge el móvil y casi se cae de la sorpresa. Llenando la pantalla, se ve una lengua rosada lamiendo un pedazo de carne peluda.

-¿Eso es lo que parece?-, pregunta Mateo, digiriendo la imagen. Sabe de qué se trata, porque la noche anterior le comió la almeja a la amiga de su casera, así que supone que esa es su lengua y lo otro, el chumino de Concha.

-Dímelo tú-, responde Teresa, sen...

Polvete Mañanero! Narcisa y Zabini...

Narcisa siente que el muchacho se remueve en la cama, todavía dormido pero cerca de despertar. La mujer sonríe, ufana y satisfecha, después del festín de carne que se ha pegado durante la noche

Narcisa siente que el muchacho se remueve en la cama, todavía dormido pero cerca de despertar. La mujer sonríe, ufana y satisfecha, después del festín de carne que se ha pegado durante la noche. Sentada frente a su tocador, Narcisa ya se ha duchado, y elegido el vestuario para ese día, y en ese momento está eligiendo qué collar y qué pendientes lucirá. Por lo demás, se cubre con un ligero batín de seda que apenas oculta sus nuevos pechos y sus largas piernas. A través del ve los rizos negros y apretados de...

Rita Skeeter y el Torneo de los Cuatro Magos (IV)

Dumbledore...

Rita está un poco perjudicada. Nota la lengua gorda y la boca pastosa, aunque se lo está pasando fenomenalmente con sus nuevos amigos, los gemelos Weasley. Rita no es tonta y sabe muy bien lo que quieren los chicos, pero como ignoran la manera de llevársela a la cama, Rita se divierte con ellos. Los chicos han realizado algunos avances indiscretos, que a Rita le gustan pero que ha cortado por lo sano: uno de ellos, no tiene claro cuál, ha osado plantarle una mano en la parte baja de la espalda, muy cerquita...

Rita Skeeter y el Torneo de los Cuatro Magos (III)

Aburrida, Rita encuentra placeres en los lugares más insospechados

Rita abre el ojo cuando el sol aún no ha despuntado sobre el horizonte. Está de mal humor, y eso no le gusta nada, no pega con ella. Aparta la ropa de cama de un tirón y siente el frío de la madrugada. El fuego de la chimenea se ha apagado durante la noche y su hechizo calentador también se ha disipado. Rita coloca la espalda recta sobre el colchón, notando, entre el sueño y la vigilia, que sus pezones se erizan con el cambio de temperatura. Está hipersensible. Lleva días sin follar. Y por eso está de malhu...

Rita Skeeter y el Torneo de los Cuatro Magos (II)

La reportera sigue cubriendo el magno evento

Rita despierta cansada pero satisfecha. Siente los músculos doloridos, como si se hubiera pasado la noche peleando, y en cierto sentido, así ha sido. Todavía no ha amanecido, aunque las primeras luces del alba recortan el perfil del horizonte. Rita se despereza con cuidado. A su lado, Victor Krum ronca levemente, tumbado boca abajo. Rita levanta las sábanas solo para darse el gusto de admirar la espalda y el culo de su amante. Sale de la cama, desnuda y sucia, se estira una vez más y se pone delante del esp...

Rita Skeeter y el Torneo de los Cuatro Magos (I)

La periodista se desplaza a Hogwarts para cubrir el gran evento, y para que la cubran a ella

Rita Skeeter se siente puta. Se ha colocado unas bragas de cintura tan baja que los pelos del coño negro asoman por encima del borde. Las medias que ha elegido son negras, sujetas a sus fuertes muslos por un liguero negro que sabe que dibuja un marco perfecto para su bajo vientre y su culo, del que está especialmente orgullosa. Todas las mañanas dedica una media hora de magia para cuidarlo, eliminando todas las impurezas que tienden a acumularse allí. Ha elegido un sujetador igualmente negro, también un poc...

La Tía Ágata (4)

Ágata se convierte en la mujer que me acompañó en mi camino de niño a hombre

Después de aquella pillada en el cuarto de baño, pasé unos días sin encontrarme con Ágata. Por razones desconocidas, se la habían llevado a la ciudad, según mi abuela, porque necesitaba pasar por el médico a que viera sus dolores. Me quedé impactado, porque era la primera noticia que tenía de que Ágata estuviera mala, y también porque no podría tener los momentos de intimidad que mi tía me regalaba cuando tenía a bien.

Así que me pasé un par de días preocupado por un lado y fantaseando con los recuerd...