Las Alegres Divorciadas (III)
Pilar consigue apoyar el trasero en el sofá casi veinte minutos después. Entre tanto, Mateo se ha sentado al lado de Concha y frente a Teresa, que le ha puesto un copazo al chaval. Mateo tiene el brazo alrededor de la cintura de Concha, y de vez en cuando, roza una de las nalgas de la señora, que se muere de gusto cada vez que siente una caricia por encima de la tela de la falda.
Pilar consigue apoyar el trasero en el sofá casi veinte minutos después. Entre tanto, Mateo se ha sentado al lado de Concha y frente a Teresa, que le ha puesto un copazo al chaval. Mateo tiene el brazo alrededor de la cintura de Concha, y de vez en cuando, roza una de las nalgas de la señora, que se muere de gusto cada vez que siente una caricia por encima de la tela de la falda. Teresa mira a ambos divertida. Parecen dos adolescentes metiéndose mano.
-¡Pero bueno!-, exclama Pilar, que también observa...