Siete días de abril (7: Los porqués se explican)

Unas vacaciones familiares. Rodri recibe todas las respuestas que le faltan en una gran tarde en común.

7: LOS PORQUÉS SE EXPLICAN.

Todavía estaba sumido en mil sueños, cuando la puerta de mi cuarto se abrió. Al retirarse mis tres acompañantes anoche yo la había dejado así, para que pudiera entrar quien quisiera. Ese ruido aún no me había despertado, ni cuando, quienes habían entrado, se tumbaron en mi cama. Sólo al zarandearme y decir mi nombre en voz alta, tomé consciencia de la vigilia.

— ¡Arriba dormilón! –me decía Paula, con sus manos en mi pecho, moviéndome –.

Abrí los ojos y la p...

Siete días de abril (6: Otra dualidad)

Unas vacaciones familiares. Rodri disfruta ahora de los placeres que le bridan Berta y Mariví.

6: OTRA DUALIDAD.

Mi cabeza aún recordaba la majestuosa noche con dos de mis hermanas, mientras, subidos de nuevo en el coche de mi padre, ascendíamos por el país luso hasta una localidad costera llamada Figueira da Foz, que sería nuestro siguiente destino. Como siempre, mi madre iba al lado de mi padre, que conducía; pero esta vez mis hermanas quisieron ir juntas en la segunda fila de asientos; por lo que yo iba solo atrás del todo. No me importó eso, en absoluto, porque así podría recordar con...

Siete días de abril (5: Número Par)

Unas vacaciones familiares. Rodri comparte una noche con dos de sus hermanas.

5: NÚMERO PAR.

Esa noche salimos todos juntos. Siempre que tenía ocasión miraba para los gestos de Sonia y Paula, que tan juguetonas habían estado conmigo a la llegada al hotel; intentando descubrir si tramaban algo, o simplemente buscando adelantarme a su siguiente broma. Ambas iban juntas, y sonreían, lanzándome enigmáticas miradas.

Llegamos hasta abajo, donde el Tajo nos esperaba ancho en la Plaza del Comercio, desde el barrio alto. Guardábamos silencio, dejándonos seducir por la hermos...

Siete días de abril (4: Encuentro buscado)

Unas vacaciones familiares. De camino a Lisboa Rodri practica el sesenta y nueve con su madre, y ambos se hacen algunas confidencias, que van dando muchas pistas.

4: ENCUENTRO BUSCADO.

Como si todo hubiera sido una gota aislada, ese día que cruzábamos la frontera por Ayamonte, rumbo a Lisboa, amaneció claro, limpio y despejado; y la lluvia anterior sólo existía en nuestro recuerdo. Después de la última experiencia, ahora había sido yo el que me había vuelto precavido, y antes de irnos, me había levantado primero que nadie, para comprar en la farmacia preservativos. Mientras el automóvil devoraba kilómetros, mi mente refrescaba lo que había sucedido en una...

Siete días de abril (3: En un arenal)

Unas vacaciones familiares. En una playa vacía de la costa onubense, Rodri descubre lo que es la penetración: Paula se entrega a él.

3: EN UN ARENAL.

Seguíamos viaje hacia el sur, abajo del todo, en la costa onubense, cerquita de la frontera portuguesa. Lo que yo ignoraba en ese momento, era que Paula, mi hermana inmediatamente mayor, no me había quitado ojo desde que salimos de Salamanca; que se había visto tentada por venirse a mi lado mil veces, cuando paramos a comer en Badajoz; que otras mil veces le sucedió lo mismo cuando nos detuvimos en Sevilla; y que tampoco se atrevió a hacerlo al llegar a Matalascañas, pero no dej...

Siete días de abril (2: Primera noche)

Unas vacaciones familiares. La primera de las noches, Rodri recibe algo que hasta ahora nadie le había dado. Todo parece extrañamente orquestado.

2: PRIMERA NOCHE.

Seguimos viaje, y en todo el trayecto en el que duró, nadie, absolutamente nadie abrió la boca, y nos envolvimos todos en la monotonía del ruido del motor y de la carretera. Tampoco me preocupaba especialmente, aunque sí hubiera deseado que Berta me hubiese dicho algo, cualquier cosa, para yo poder reiterarle cuánto me había gustado su acción, y no dejar de agradecérselo.

Mi padre se detuvo delante del que sería nuestro hotel, y nosotros, emocionados por todo lo que nos es...

Siete días de abril (1: La salida)

Unas vacaciones familiares. Salen de casa y ocurren las primeras cosas.

1: LA SALIDA.

Me quemaba el sueño en los ojos cuando mi madre me levantó de la cama. Apenas sin poder ver, sí pude percibir que no había amanecido, al subir la persiana y notar que la negrura de afuera seguía ahí. Maldije todo lo maldecible por tener que madrugar tanto; sin embargo, y a pesar de mi sueño, hoy probablemente sería el único día del año que no me importaría hacerlo.

Había sido un error beber tanta cerveza el día anterior, y hoy lo pagaba con creces en forma de náuseas y mareos...

Una casita de Castilla (8: Siesta y confidencia)

Dos hermanos se dejan llevar. Rebeca le cuenta a Luis su experiencia con las gemelas. Las vacaciones se acaban.

8: SIESTA Y CONFIDENCIA.

Algo había quedado vano cuando las gemelas se fueron. El nivel de complicidad alcanzado con ellas en tan poco tiempo, hacía notar su ausencia ahora. Íbamos a echar de menos compartir todo lo que estábamos descubriendo con nuestras primas; pero la certeza de hacerlo cuando las viésemos nos calmaba. El lado bueno, era que ahora mi hermana y yo tendríamos más espacio y oportunidades para sentir toda la fruición que deseábamos.

Pero el primer día que dormimos la siesta...

Una casita de Castilla (7: La despedida)

Dos hermanos se dejan llevar. Se acaba una semana maravillosa con las gemelas y reciben una despedida que jamás olvidarán.

7: LA DESPEDIDA.

Aquella mañana fue la primera de toda una semana en que nuestras primas nos acompañaron. Y durante toda la semana, cada mañana de todos los días, repetimos esos juegos en el mismo lugar, que se había convertido en nuestro refugio, para llevar a cabo nuestro secreto prohibido. Pero, como todo en la vida, llegó también el final de la estancia de ellas. Como cada noche, sobre las doce, nos llamaron para acostarnos; pero ésa iba a ser la última que durmieran conmigo abajo. Las otras...

Una casita de Castilla (6: Experiencias mútuas)

Dos hermanos se dejan llevar. Por fin todos juntos y a solas, sin inhibiciones, compartimos al unísono nuestras experiencias por separado

6: EXPERIENCIAS MÚTUAS.

Lo que en un principio podría resultar un obstáculo para que Rebeca y yo pudiéramos disfrutar a gusto, se convirtió en una puerta abierta a que ese deleite fuese una infinidad de posibilidades que mi hermana y yo desconocíamos.

A la mañana siguiente, después de que mis primas me hicieran eyacular aquella noche, su saludo me hizo ver todas esas posibilidades. Aún era pronto, pero ya entraba luz, cuando la puerta de mi dormitorio se abrió. Allí estaban las dos gemelas...