La vida de Carlota, parte 2
Siguen las vicisitudes de Carlota, ocupando el lugar en la sociedad que siempre debió tener.
Me aseé, calenté el café y la leche, exprimí el zumo y con la bandeja con pan, queso y embutido que había preparado antes subí a la habitación, donde él seguía con el telefono en la mano, escribiendose con sus amigos, con una sonrisa de oreja a oreja, ni me miró, simplemente se sentó en la cama, esperó a que le colocara un cojín en su espalda y siguió escribiendo, mientras comía y yo ocupaba mi lugar, arrodillada junto a la cama, a pocos centimetros de él.
Dejando el movil en la cama, acabó de tomar e...