Nueva vida en Etiopía 8 parte

La familia blanca continúa humillada por los negros, sin límites

A la llegada de los primeros invitados, un matrimonio de nuestra edad, Candy se levantó para darles un beso y las típicas frases de cortesía. La invitada, negra, muy delgada, prácticamente un esqueleto andante, me miró y sonrió ante lo que veía. Yo seguía de rodillas, el disfraz de coneja había sido recortado en pechos y entrepierna para dejar a la vista mis redondas tetas sobresaliendo del traje y mi coño abierto por la postura que adoptaba. No quedaba nada a la imaginación.

-         Cielo, hay que...

Nueva vida en Etiopía 7 Parte

Continúa Olga y su familia sufriendo en manos del matrimonio negro toda clase de barbaridades.

Paloma fue llevada por Carlton al lugar que no hacía muchas horas había ocupado Miguel, donde la esposó en la misma situación,  con las manos en la espalda rodeando la columna mirando hacia el salón.  Candy ordenó a Carolina ir a la cocina a preparar la comida y yo, nerviosa, junto a Sultán, estaba tirada en el salón mientras los dos hermanos charlaban como si no hubiera pasado nada, pero por mi parte tenía claro que aquella amenaza no sería olvidada por nuestra repugnante dueña.

Comieron los dos lo q...

Nueva vida en Etiopía 6 Parte

Continua la degradación de Olga, sus dos hijas y su marido, a manos del matrimonio negro.

Cuando subimos hacia el dormitorio del matrimonio la situación no tenía pinta de mejorar.  Miguel estaba atado prácticamente desnudo a la columna del jardín mientras nosotras nos poníamos en fila una al lado de la otra ante John y  Candy, con las piernas separadas y las manos en la nuca. Ya estábamos las tres sin ropa, así que disponían de una vista perfecta de nuestros cuerpos en su totalidad.

De detrás de una cortina John extrajo una especie de cepo moderno, que una vez sujeto a los anclajes que hab...

Nueva vida en Etiopía 5 parte

Olga y sus hijas acaban teniendo que hacer toda clase de barbaridades ante su marido, obedeciendo al matrimonio negro.

Todavía tengo en mi memoria grabada la mirada de Miguel cuando por primera vez John, en su despacho, me la metió en el coño.  Ver sus manos, agarrándose a mis hombros,  como hacía fuerza y su pene gordo iba abriéndose paso en mi interior.  Miguel no pudo hacer otra cosa que quedarse mirando desde el jardín, paralizado, ante la sonrisa que le dirigía John invadiendo algo que solamente hasta aquel momento había disfrutado mi  amado esposo.

-          A partir de ahora sois nuestros!- dijo John…y tanto q...

Nueva vida en Etiopía 4 parte.

Acaba el humillante viaje en barco. La familia llega a Etiopía y comienza una nueva vida, será mejor?

Tras pasar el resto del día de nuevo tirada por los suelos del despacho, al llegar la noche, la última noche que pasaríamos en aquel barco demoníaco, cenaron de nuevo los mandos en el comedor de oficiales, conmigo recogiendo restos de comida que tiraban ante mi cara , y que acababa peleando con Satán por conseguir comer entre las risas de los negros ante mi humillante posición. Comentarios de todo tipo, que no acabaron hasta que tras las copas y algún puro, el Capitán les invitó a ir a su despacho, donde la...

Nueva vida en Etiopía 3 parte.

Continua Olga intentando sobrevivir al viaje en Barco y mantener a salvo a su familia.

El resto del día no fue más que horas y horas de estar tumbada a los pies de aquel negro, junto a Sultán, mi lugar y mi condición habían quedado ya muy claros, así que me amoldaba a eso, esperando que los días pasaran pronto y dejar atrás este mal sueño.

La hora de la cena fue desagradable, convertida en la mascota de aquel comedor de oficiales, cuatro negros junto al Capitán disfrutando vejándome a cada momento, era el entretenimiento de ellos mientras cenaban, y claro, esto incluía ladrar, moverme c...

Nueva vida en Etiopía 2 parte

Ahora en el barco que les lleva a su nuevo pais, continuan las desgracias de Olga.

El acceso al barco que nos había de llevar a Etiopia no fué tampoco fácil ni cómodo. Más horas de colas, éramos centenares de blancos y blancas, de edades entre 18 y 50 años , como máximo.  Solo permitían el viaje a personas en edad de trabajar, así que las familias con menores de edad no podían ir, solamente podía viajar el miembro de la familia que quisiera trabajar, e intentar, desde allí, ayudar a los suyos, lo cual era casi imposible.

A la salida del área de celdas , todo el mundo desnudo, se nos...

Nueva vida en Etiopía

Una familia, tras la gran epidemia en Europa, consigue un pasaje al nuevo mundo, en Africa

Cuantos recuerdos me vienen a la mente cuando cierro los ojos. En el parque, con mi marido, mis dos hijas, jugando ellas mientras nosotros, abrazados, hacíamos proyectos para el resto de nuestra vida.

El maldito coronavirus acabó con todos esos sueños.

Solo conocíamos un mundo, el nuestro. El tercer mundo, las economías pobres del planeta, eran algo muy lejano, pero en pocos meses nos despertamos con el planeta  del revés.  Aquel virus no había afectado a esa zona del mundo, y las vallas que ant...

Esther, mi mujer, es una puta 8 San Valentín

En el prostíbulo el matrimonio sufre su destino empezando a no encontrar una salida.

Un rato después entró el Señor Omar en la habitación, encendió la luz y me vió, en mi humillante postura. Lo peor de todo, hacía unos minutos que, contra mi voluntad, me había corrido. La vibración dentro de mi ano y el calentón que había pasado durante el tiempo con mi esposa y Tomás, habían hecho inevitable que el vibrador consiguiera vaciar mis testículos, por otro lado llenos al máximo. Chorreones de semen recorrían mi cara y mi pecho, junto con el rastro de la saliva de ese cerdo al escupirme en la car...

Esther, mi mujer, es una puta 7

Cada vez más degradados, en una caida a los infiernos sin fin.

En el ascensor el silencio era total. Tomás miraba a Esther, me miraba a mi, sonreía, pero callado, disfrutando del momento que estaba viviendo. Aún se permitía el lujo de acariciar la mano de mi mujer, como si fueran dos tortolitos que por primera vez reservan una habitación de hotel.

Se abrieron las puertas y Tomás comenzó con el juego que duraría toda la noche.

  • Pedro, colocate tú delante de nosotros, pero a cuatro patas, y fuera el tanga, cógelo con los dientes, te quiero como un perro, gui...