Swing brothers
(...) Nuestras parejas salieron ya vestidas, justo antes de que termináramos. Nos vieron corrernos, pero esperaron sin decir nada a que acabáramos y cogiéramos aliento.
A Maite.
La verdad es que no puedo más. La culpa y el remordimiento me reconcomen. Escribiendo lo que siento me siento algo mejor, pero en cuanto dejo el teclado el arrepentimiento vuelve a caer sobre mí como la lluvia fría.
Apenas han pasado ocho meses, pero tengo la impresión de que han transcurrido ocho años. Todo se ha precipitado de tal manera, y ha sido tan intenso…
Para comenzar por el principio de esta historia, hay que remontarse a principios del verano pasado. Me notificaron en...