Swing brothers

(...) Nuestras parejas salieron ya vestidas, justo antes de que termináramos. Nos vieron corrernos, pero esperaron sin decir nada a que acabáramos y cogiéramos aliento.

A Maite.

La verdad es que no puedo más. La culpa y el remordimiento me reconcomen. Escribiendo lo que siento me siento algo mejor, pero en cuanto dejo el teclado el arrepentimiento vuelve a caer sobre mí como la lluvia fría.

Apenas han pasado ocho meses, pero tengo la impresión de que han transcurrido ocho años. Todo se ha precipitado de tal manera, y ha sido tan intenso…

Para comenzar por el principio de esta historia, hay que remontarse a principios del verano pasado. Me notificaron en...

Mi madre desnuda ante el espejo

(...) Se envolvió en la toalla, y salió del baño con parsimonia. “No estés mucho rato o te enfriarás”, repitió al salir. Yo me metí en la bañera. Noté el agua tibia en las piernas, y me senté despacio. (...) En torno a esas tribulaciones giraba mi mente, cuando mi madre volvió a entrar. Iba totalmente desnuda salvo por unas zapatillas viejas de estar por casa.

Aquel día fue horrible. Era enero, y desde por la mañana llovía sin parar. Fui a pasar la ITV a primera hora; tuve un examen de Derecho Civil por la mañana y otro de una optativa por la tarde; y por la noche me dejó Tamara. Era mi novia de la Universidad, y de la que estaba profundamente enamorado. Bueno, más que de ella, de la situación: era joven, estaba en cuarto de carrera y me iba bien, toda mi obligación era estudiar un par de meses al año, tenía una novia estupenda y un coche de segunda mano cojonudo...

Mi fan, mi puta

"Entonces pensé que estaba desaprovechando todos los juguetes sexuales de que disponíamos, dedicándome únicamente a follarla. Cogí el “plug” que estaba a los pies de la cama, lo salivé, y se lo di" (...)

Escribo porque me gusta. No sólo relatos eróticos, también otras cosas. Además, debido a mi trabajo, muchas veces tengo que contar historias por escrito. Lo hago tanto por devoción como por obligación.

Lo de los relatos eróticos surge como una consecuencia natural: al unir dos grandes aficiones, la escritura y el sexo. Pero nunca hubiera pensado que nadie se quisiera comunicar conmigo, más allá de los comentarios que de vez en cuando se dejan en cada relato. Ni en los primeros que mandé en una “primer...

Mi madrastra, la más puta de las señoras

(...)Entonces le di un hostión que me hizo daño incluso a mí, pero repetí y le di otra. ¡Plas, plas! - Ahhhh... así sí... -gimió. Se subió las bragas, se puso de rodillas en el suelo y me bajó los calzoncillos. Mi polla, que no estaba dura del todo, quedó al descubierto. (...)

Allí estaba yo, cascándomela en la ducha. Comenzaba el verano e iba a dejar mi pequeño piso de estudiante por la casa de mi padre para estar allí hasta septiembre. Y como allí no tendría tanta libertad para andar en pelotas por casa y pelármela cuando me apeteciese, pues me estaba dando un último homenaje antes de coger el coche y hacer el tedioso viaje.

Mis padres están divorciados desde que era pequeño, aunque se llevan muy bien. Ella es una hippie que marchó a Ibiza con antiguos amigos de juventud;...

Paja en la playa de vinaroz

Me desnudé, ante su atenta mirada. Doblé lentamente el bañador, de pie delante de ella (...) Mi intención era llamar la atención de la madura. De modo que me agarré el miembro y subí y bajé la piel, poco a poco.

Me encanta el nudismo. Empecé hace unos siete años, con veinticuatro o veinticinco. Primero en ríos o pantanos, donde no había gente. Por aquel entonces tenía una novia a la que le horrorizaba esta cuestión. Por suerte (tanto en lo relacionado con mi afición, como en todo lo demás), ya no estoy con ella. En estos años me he desnudado en muchos sitios, pero donde más se disfruta es en la playa. Y si ésta es nudista, con todo el mundo haciendo lo mismo, mucho mejor. Los que lo practican sabrán de qué hablo. ...

La desnudez de mi hermana

(…) Dejé la mochila y fui al váter a mear. Justo al entrar me la encontré completamente desnuda, sentada en el bidé espatarrada. Llevaba algo blanco en el coño.

Nunca he sido de esos que les ponen las bragas de su hermana. O que la espían, o se la cascan pensando en ella. Por eso, lo que a otros puede parecerles una situación súper excitante, como encontrar ropa usada en el suelo y olerla, a mí me repugna.

Cuando aquel día estaba llegando a casa no hacía más que pensar en la comida. Subía las escaleras imaginándome el guiso que nuestra madre nos había dado en un taper. Pero al abrir la puerta, lo primero que vi fueron sus bragas en el suelo. No es que se me c...

El mocho de la limpiadora

Mariví es una limpiadora alegre y simpática. Se lleva bien con todo el mundo y no le desagrada su trabajo. Pero un día se encuentra con algo inesperado en los baños.

Amanecía un precioso día de mayo, la mañana prometía ser soleada y agradable. Una nueva jornada de trabajo. No es que Mariví disfrutara con todas las cosas de trabajo (como cuando alguien había hecho unas deposiciones más descompuestas de lo normal), pero por lo general, ser limpiadora era lo que siempre había hecho, era fácil y se le daba bien. Además, ahora que por fin se había divorciado del golfo de su marido, y que su hija ya se había independizado, le daba para vivir con bastante soltura.

En el...

La porra del segurata

Manolo es un guardia de seguridad arisco y solitario; lleva una vida anodina y sin emociones. Hasta que un día su rutina se rompa con una excitante experiencia.

Una mañana más, la rampa mecánica del centro comercial ascendía lentamente. En ella iba Manolo, uno de los vigilantes. Llevaba casi toda su vida como guardia de seguridad, y hacía siete años que estaba destinado por su empresa en este centro. ¿O eran ocho? La verdad es que desde el divorcio el tiempo había pasado muy rápido. Esa mala pécora de su mujer…  En fin, Manolo desechó esos pensamientos; bastante tenía con aguantar otra jornada más los caretos de sus compañeros guardias de seguridad. Y de las cajera...

Mi último polvo

Se trata del último casquete que eché con mi amiga. Esta vez, a diferencia de la anterior, tenía el pubis completamente depilado y era una delicia saborearlo.

Quiero compartir con todo el mundo el último polvo que eché con mi chica. En realidad tampoco es novia, sino lo que ahora se conoce como “follamiga”. Ella no está hecha una sílfide, es más bien gordita, con unas tetas enormes y redondas, un gran culo, y unas piernas anchas y poderosas. Nos conocemos desde hace algo más de un año, y en este tiempo nos hemos visto unas seis o siete veces; no han podido ser más porque vivimos en dos ciudades a varios cientos de kilómetros de distancia.

La última vez que...

Carmen

Historia ocurrida el pasado verano, en el que conocí mejor que nunca a mi vecina Carmen, y pude ver y saborear su piel de jubilada.

Antes de empezar, quisiera avisar a todo el mundo que no se trata de uno de los habituales relatos que se leen por aquí, en los que un chico acaba acostándose con una madura, entendida en la mayoría de los casos como una cuarentona ardiente de cuerpo espectacular. En esta historia, la mujer tenía bastantes más años, hacía mucho que no mantenía ninguna relación sexual, y además era viuda.

Vivo solo en un barrio exterior de una gran ciudad, pero no en los típicos “barrios dormitorio”, sino en uno que es...