La Perra Cotidiana (6)

Dispuesta ante todos para recibir el castigo por su error, la perra cotidiana recuerda cómo aprendió sus primeras lecciones sobre las normas del Dueño.

  • Díselo, zorra mamapollas, dile al caballero qué regla has incumplido.

Con el primer restallar de la fusta contra la chacha, volvieron los recuerdos.

El teléfono sonó y estuvo tentada de dejar que lo hiciera. Normalmente es lo que hacía. No solía cogerlo cuando estaba en casa. Lo miro distraídamente vibrar sobre la mesa hasta que se dio cuenta que la llamada era de él.

Había pasado casi una semana desde su escapada rural, desde ese día en el que había sido usada y gozada por el que ahora...

La Perra Cotidiana (5)

Un castigo y una prueba para la esclava mientras sirve públicamente al Dueño.

“Tú eres el juguete”, “Tú eres el juguete”, la frase resonaba una y otra vez en su mente extraída de sus recuerdos cuando dos golpes secos de la palma de la mano del Dueño sobre la barra la sacaron de golpe de sus ensoñaciones.

Como un resorte se levantó respondiendo a la orden no pronunciada por el hombre que era su propietario. Aprovechó para restregar todo su cuerpo primero por la pierna y luego por el costado del Dueño, como haría una mascota bien adiestrada y feliz de ser llamada a presencia de s...

La Perra Cotidiana (4)

Así acabó la primera vez que se entregó a su Dueño. Asi empezó la perra a ser su juguete cotidiano

No había mayor placer para la esclava que saber que el Dueño estaba complacido. Eso también lo había aprendido el primer día. Eso también se lo había enseñado el propietario de su cuerpo, su mente y su existencia.

Allí estaba.  Prácticamente desnuda, ofrecida, caliente hasta más no poder, aún después de experimentar las intensas oleadas de su orgasmo y con el zapato del hombre que era su propietario sobre su rostro marcando su absoluto dominio sobre ella. Y así seguiría todo el tiempo que Él deseara....

La Perra Cotidiana (1)

Su vida y su pasado como hembra esclava

  • Es una zorra bastante obediente, ¿verdad putita?

La frase la sacó de su ensimismamiento.  Hasta ese momento la conversación apenas le había importado, a lo único que estaba atenta era a la mano del hombre que acariciaba y magreaba su culo por encima de la falda. Era a lo único que tenía que prestar atención, cualquier mínimo cambio en la presión, cualquier pellizco o cachete hubiera significado un deseo, una orden, algo que el hombre deseaba de ella y que ella, por supuesto, tenía que cumplir sin re...

La Perra Cotidiana (3)

Las exigencias del Dueño sacan a la perra cotidiana de sus recuerdos y la arrojan a la realidad de su público sometimiento al Dueño

-Hay que dejarle bien claro desde el principio quién manda y quién obedece, que es su Dueño el que determina su placer y su dolor, su castigo y su recompensa y en general su vida -.

La mano del hombre al que estaba sirviendo la devolvió a la realidad y la sacó de sus ensoñaciones y recuerdos al cerrarse como una garra de acero sobre su cabeza y empujarla hacia adelante.

Esa era su realidad ahora. Arrodillada entre la barra de un bar y el cuerpo del hombre a cuya verga estaba sirviendo como escla...

La Perra Cotidiana (2)

Mientras sirve y complace al Dueño ante todos, recuerda como empezó su vida de hembra esclava

El Dueño había vuelto a deslizar el pie de debajo del coño que le pertenecía y ahora se limitaba a charlar con su amigo mientras ella sabía que debía seguir mamando la poya que gobernaba su vida y frotando su coño esclavo sobre ese zapato hasta que recibiera una orden distinta.

Se aclimató al ritmo exigido por la verga y todo comenzó a hacerse mecánico,cotidiano. La cadenciacon la que la lamía y succionaba el verga a la que pertenecía, el ir y venir de su coño sobre la cada vez más húmeda piel del zap...

El Diario de Paula (Día 2, la reunión IV)

EL diario de Paula y los recuerdos de su dueño nos siguen descubriendo el camino que siguió hasta arrastrarse a los pies de su propietario.

  • Pobre pequeña zorra inocente –le susurró- ¿Qué habría sido de ti si no hubieras caído en mis manos?, ¿si no te hubiera hecho completamente mía?

Sin esperar respuesta. Siguió con el relato

Me preguntó qué sabía yo de Los Capataces y le dije que en los círculos DS se referían a ellos como la principal red de esclavistas del país, aunque en seria competencia con los rusos, amos internacionales de ese lucrativo negocio.

Podía notar su nerviosismo.

- ¿Cómo sabes eso?

*- Digamos...

El Diario de Paula (Día 2, la reunión II)

El amo ayuda a Paula a completar el diario en el que relata como terminó siendo la esclava que le sirve y complace

Sintió a su esclava entrar en la habitación y se forzó a no darse la vuelta y seguir concentrado en la tarea que se había impuesto de escanear el diario en el que la mujer que le pertenecía por completo relataba su vida como propiedad esclava a su servicio.

Desde que olió su perfume al entrar en la estancia le había costado concentrarse. Nunca se cansaba de su hembra, de usar su cuerpo, de dirigirla y gobernarla para su placer, de conducirla a la más completa obediencia.

No le hacía falta volver...

El Diario de Paula (Día 2, la reunión III)

Continua el relato que el propietario de Paula añade al diario de su esclava para mostrar como la convirtió en su sierva incondicional

- ¿Por dónde iba? – continuó, mientras su dedo volvía a girar en el interior del culo que le pertenecía-. Ah sí. Le explique lo de los reportajes de investigación lo de infiltrar a gente y dividirlos en partes para crear mayor expectación y todo eso.

- ¿Y por cual empezamos?

- Yo tengo ya muy avanzado uno sobre sexo de parejas.Un rollo Eyes Wide Shout. *Lo preparaba para hacerlo en vacaciones y venderlo luego, pero puedo utilizarlo para esto. Se trata de fingir que somos una pareja...

El Diario de Paula (Día 2, la reunión I)

El diario de Paula sigue mostrándonos como se convirtió en una esclava dócil y sometida a los deseos de su propietario

Paula se presentó ante su dueño y señor. Entró en la habitación y se quedó quieta, adoptando la postura de espera que el hombre que dirigía su vida la había adiestrado para asumir mientras esperaba que él le concediera su atención.

Las manos enlazadas tras la nuca con los codos en ángulo recto con el suelo y las piernas ligeramente abiertas de manera que su coño quedara completamente expuesto. La mirada clavada en el suelo.

Habían transcurrido un par de horas desde que su amo la usara en su últi...