Como el coco: Entre conchas (3)
Sigue la aventura.
Amaneció y yo me sentí otro. Una deliciosa paz me invadía. Los atisbos de prejuicios tabúes habían desaparecido de mi mente. Habían sido arrasados por orgasmos intensos. Esther incluso se bañó primero que yo y hasta se vistió delante de mí como si marido y mujer fuéramos. Le contemplé su desnudez y mi palo reaccionó con una erección potenciada.
Te va a tocar hacerte la paja, porque ya estoy atrasada como pa` echar otro polvito
Me dijo con sarcasmo y picardía contemplando mi calzoncillo ...