En el remolar
Aquella tarde de playa si que iba a ser calurosa, aunque unos jovenes se apresuraron a ponerme cremita.
Un sábado cualquiera después de comer mi marido me dijo si quería ir a la playa, me pareció una buena idea, así que, nos cogimos las cosas y nos fuimos para allí. Como siempre fuimos a la playa del Remolar.
Cuando llegamos la playa estaba prácticamente vacía, solo había algún hombre tomando el sol, así que desplegamos nuestras toallas, nos desnudamos y nos tumbamos dispuestos a pasar una tarde de tomar el sol, lo que yo no sabia todavía es que esto no es lo que Enric había dispuesto para mi esa ...