MONTSE Y EL ZAPATERO, GANG BANG FINAL (y 6)

La hermandad no perdona traidores, me somenten a un brutal gang-bang como castigo a la traicion de mi marido. Voy a dejar de publicar durante un tiempo, las criticas siempre son bien recibidas, pero no entiendo que nadie pueda desearme enfermedades o incluso la muerte por publicar un relato.

Como digo en la introduccion este va a ser mi ultimo relato al menos durante un tiempo,  las criticas siempre son bien recibidas, sean positivas o negativas y he procurado hacerles caso y sacar algo positivo de ellas,  pero lo que no entiendo es que nadie pueda desearme enfermedades o incluso la muerte por publicar un relato, sea cual sea la tematica del mismo e incluso los envie a mi e.mail,  asi que disfrutar de este relato y gracias por el tiempo que me habeis dedicado.

Montse

Hacia días que...

Montse y el zapatero (5) el tatuador

Cumpliendo las ordenes de mi Amo fue al estudio de tatuación que me había indicado. Ya no me importaba ni como podría explicarle un tatoo a mi marido ni las consecuencias que ello podría tener.

Había pasado unos días desde la visita a la prisión y no había vuelto a tener noticias de Vladi, yo me torturaba entre la sensatez que me decía la cabeza, que no volviera a llamar, que me olvidara o no se lo permitieran en prisión y lo que me pedía mi cuerpo, que me volviera a llamar, que me hiciera sentir su puta, lo que si había decidido es que en ningún caso yo haría nada por contactar con él, cuando recibí un mensaje en mi móvil.

“Recuerde su cita en el estudio TATOO para mañana a las 10h”

M...

Montse y el zapatero, en prisión (4)

Disculpar el retraso, unos asuntos personales me ha impedido continuar esta seria, pero aquí me tenéis otra vez, entregada completamente a mi zapatero, cayendo cada vez mas bajo, sin ninguna voluntad y enganchada completamente a aquella polla, es mi droga.

Habían pasado unos días desde mi último encuentro con “mi” zapatero y había visto repetidas veces en la web mi video, que por cierto era todo un éxito y lo habían visto miles de hombres, que como yo, pagaban religiosamente por ver mi degradación y humillación ante aquellos hombres, lo veía cuando no estaba mi pobre marido en casa, completamente desnuda delante del ordenador y metiéndome en el coño todo lo que tenía a mano, pepinos, berenjenas, pero eso sí, todos de gran calibre, pero lo que necesitaba mi co...

Montse y el zapatero (3)

Continúa la bajada a los infiernos de la humillación y depravación de Montse, convertida en una zorra dispuesta a cumplir los deseos de su "zapatero" con tal de tener otra vez su polla en el coño.

El viernes acabo con aquella paja y conmigo muerta en el sofá hasta que llego mi marido, disimulando el dolor que sentía en mi vagina y sobre todo mi culo intente hacer una vida de los mas normal.

El sábado mi marido me propuso salir a dar una vuelta por el parque y me excuse diciéndole que no me encontraba demasiado bien, para andar tenia todavía yo el culo y así, nuevamente paso el sábado, entre el sofá, la cocina, la tele…… hasta la hora de ir a dormir.

El viernes por la noche caí dormida de...

Montse y el zapatero (2)

Necesita volver a por aquellos zapatos, me gustaban mucho y además una buena sesión de horma no nos vendría mal. Como los encantadores de serpientes con ellas, yo estaba encantada, hipnotizada con aquella polla.

Los días habían pasado rápido, bueno, de hecho solo dos desde que el zapatero me había follado de aquella manera, casi sin mi consentimiento, pero gozandolo a la vez, así que ya era viernes, el día que él me había citado para “recoger mis zapatos”. Estos dos días no había dejado de pensar en aquella estaca clavada en mis entrañas y para mas “inri” esta noche mi marido me había follado, la comparación con la polla del zapatero fue inevitable.

-¿Que te pasa cariño, estas como ausente, en otra parte?

...

Montse y el zapatero (1)

De como unos zapatos necesitaban ponerse en la horma y lo que acabó dilatado fue mi coño

No hacia mucho que habían abierto un nuevo zapatero cerca de casa y como el anterior me quedaba bastante mas lejos empece a ir a este nuevo.

La verdad es que el dueño no era nada agradable ni agraciado, era claramente de alguna zona del este europeo y hablaba con un marcado acento, con una voz grave y profundo, para acabar de arreglarlo no era nada agraciado, bajo, rubio, pero casi calvo, barrigudo y vestía siempre con una camiseta de tirantes, con algo mas que unas manchas de suciedad y un pantalón d...

Montse, La muñeca pasiva

Había contestado a un anuncio de un hombre que buscaba follarse a una esposa madura, pero quería que ella fuera como una muñeca de látex, que no hiciera nada y vaya si se folló a mi muñeca de látex.

Había leído un anuncio en una web de contacto que llamo mi atención “Busco madura sumisa, pasiva, una muñeca de carne y hueso” eso era todo lo que decía, la verdad es que describía perfectamente a mi esposa, ella siempre había sido sumisa, pero con la edad cada vez era mas pasiva, simplemente se dejaba hacer y no participaba en absoluto en el sexo. Así que, movido por la curiosidad conteste al mismo.

Al día siguiente recibí un e.mail de un hombre en el que solo aparecía un numero de teléfono, aquello...

En la obra

Este fue uno de los primeros relatos que escribi con el cornudo de mi marido, se publico hace años en una conocida revista del sector. Trata sobre mis primeras aventuras en el sexo y aunque es fantasía, es verdad que en aquella época yo pasaba cada día por delante de una obra en mi barrio.

Un dia que iba de compras pase por delante de unas obras. Llevaba una falda de esas que se atan a la cintura y un golpe de viento hizo que se abriera. Mis piernas quedaron al aire por completo y los operarios pudieron verme, por un momento, incluso las bragas. Me dijeron de todo lo imaginable. Acelere el paso pero una idea empezaba a rondarme por la cabeza. Y por mi coño que lo notaba empapado solo de pensarlo.

El lugar de la obra era un sitio perfecto. No me pillaba cerca de casa. Al dia siguiente v...

Montse, la puta de amodoma (4)

Siguen nuestras humillaciones y servicio para nuestro amo, AmoDoma, ahora me empieza a hacer servir como puta para su disfrute.

Esta vez no habían pasado ni unos días desde la visita de AmoDoma a mi casa y su presentación a mi marido cuando se puso nuevamente en contacto conmigo. Estaba en un bar tomando un café con leche antes de ir a la compra cuando, como digo, sonó el móvil con la melodía que había programado para él.

-Buenos días AmoDoma. Respondí al descolgar.

-¿Como vas vestida, puta?

Me soltó de golpe, sin ningún preámbulo ni saludo.

-Pues llevo una falda y un jersey. Le dije.

-¿Y ropa interior?...

Montse, la puta de AmoDoma (3)

Continua mi humillación y sumisión con AmoDoma, hasta el punto de hacer partìcipe a mi marido y follarme delante de él en nuestra propia cama

Mi vida seguía discurriendo como siempre, la monótona vida de un ama de casa, ya habían pasado varios días desde el episodio de la escalera y no había vuelto a tener noticias de Amodoma y yo luchaba entre mi yo de amante esposa y mi otro yo de puta sumisa de ese hombre que había descubierto.

Y esa tarde, otra maldita tarde ocurrió, estábamos viendo una peli en el sofá cuando sonó el interfono, cosa rara mi marido se levanto a abrir.

-Ya le abro. Escuche que decía

Se quedo en el portal espe...