La mejor madre IV

El hijo comienza a tomar el control de la situación

Después de la ducha, madre e hijo se fueron a sus quehaceres, pues vino Laura a ayudar a Iker con los estudios y ponerlo al día. Aguantando sus celos, Isabel aguantó toda la tarde sin acercarse a la habitación de su hijo. Lo que no sabía era que Laura, aprovechando su ausencia, estaba confesándole sus sentimientos a Iker.

Laura: Hoy te ves muy guapo – dijo mirándolo sonriente.

Iker: Gracias – dijo sonrojado y algo descolocado por su comentario.

Laura: Te lo digo en serio, hoy te ves más ra...

La mejor madre III

Madre e hijo comienzan una nueva vida juntos

Tres meses después las cosas seguían igual. Isabel complacía a su hijo, follándolo o pajeándolo, incluso haciéndole cubanas, pero no le dejaba chupársela, decía que eso prefería hacerlo cuando pudiera usar bien las manos. Dormían juntos, prácticamente no salían de la cama. Laura venía todas las tardes a ayudar a Iker con los estudios y cada vez le coqueteaba más, cosa que ponía hirviendo de ira y celos a Isabel. Un día, luego de la rehabilitación, Iker ya podía mover mejor las manos e incluso tenía algo de...

La mejor madre II

La madre pone toda la carne en el asador

Al día siguiente, Isabel se despertó feliz. Se levantó temprano y se puso a hacer las labores de la casa. Cuando fueron las 9 de la mañana fue a despertar a su hijo. Cuando abrió la puerta se lo encontró dormido, boca arriba, con la polla erecta y destapado.

Isabel: Buenos días dormilón – le susurró en el oído – Ya es hora de levantarse.

Iker: Un poco más – dijo adormilado.

Isabel: No, mi amor, ya es hora de levantarse, tienes que estudiar. ¿Necesitas algo? – dijo deseando que su hijo le p...

La mejor madre

Un chico tiene un accidente y su madre le cuida. Un torbellino de emociones florecen entre ellos y provoca un frenesí sexual.

Se encontraba Isabel en su casa tranquilamente haciendo sus labores. Isabel tenía 39 años, era morena, alta, con el pelo largo, piernas largas, tetas grandes, con los ojos verdes y los labios carnosos. Era una diosa. Se encontraba planchando cuando llamaron por teléfono. Contestó sin mirar el número.

Isabel: Sí, ¿quién es?... Sí, soy su madre…¡Qué! ¿Pero está bien?... ¿Dónde está?...¡Voy para allá!...

Isabel se cambió de ropa y se puso una camisa y unos pantalones vaqueros y salió corriendo al h...