Una prima un poco puta...

Luego de más de un año de ausencia... Intento reiniciar el ritmo. Ahí va un relato de una prima un poco puta y sus secuelas, ya veremos, es un relato real

Una prima un poco puta

Imaginen la escena: una apacible tarde en el cuarto de un motel de paso en Vallarta; la pareja entregada totalmente al ejercicio erótico: la mujer arrodillada en la cama recibiendo la tranca de su joven amante por el culo; la voz apasionada de la señora "¡dame duro papi, dame duro, si papi, más, dame duro!", y el jovenzuelo que no se hace del rogar y arremete con furia contra el maltrecho culo que ya flojo recibe una y otra vez la pinga endurecida … y de improviso se abre...

Renta congelada

Relato sobre las aventuras de un joven que resuelve con sexo el intento de su casera por aumentarle el costo de la renta.

Renta congelada

--"Mire… ya sabe que no lo he molestado en todo este tiempo… pero… hace dos años que no renovamos el contrato y… pues… tengo que hacerle un nuevo contrato y… aumentarle la renta… lo siento, pero tengo que hacerlo", la voz indecisa, la mirada fija en mi por encima de sus gafas de aumento. Era doña Toña, la dueña del edificio donde vivo que me daba la tan esperada mala noticia: el aumento de la renta.

--"Es que… bueno, yo he tratado de ser buen inquilino… nunca me retraso en...

Los pelos de la tía Celia

Relato sobre las aficiones vouyeristas de un adolescente que descubre que su tía está muy peluda, al final tía y sobrino terminan en tremenda cogida.

Los pelos de tía Celia

Los efectos de la reprimenda y el susto le habían durado casi tres semanas y recordaba todo como si hubiera ocurrido apenas ayer. Aquel día, luego de terminar de comer, la dura mirada de la madre lo alertó de que había sido descubierto, y no se equivocó, la señora fue directo al grano: "tú tía Celia se quejó conmigo de que la espías cuando se mete a bañar, ¿es cierto?, ¡anda contesta!... no se que pretendes con ello… además me dijo que tomas su ropa íntima para masturbarte...

Memorias del Martí (4)

Continúan las aventuras de una ardiente madura con jovencitos y su afición por ir a un hotel en particular

Memorias del Martí, 4

--"¡No niño!, espera, eso no va a suceder, eso que quieres… no lo vamos a hacer, ¿eh?, que te quede claro, si acepté venir aquí contigo fue para hablar, ¿recuerdas, sí?, en eso quedamos, ¿sí?, tenemos que aclarar algunas cosas, ¿entiendes?", dijo Ana dejando paralizado al adolescente que ya se estaba quitando la ropa.

El chico de apenas 18 años, casi entrando a los 19, se quedó quieto, los ojos abiertos con sorpresa; la mujer aparentando seguridad, recargada en la pue...

Laura por detrás (2)

Continuación de las deliciosas aventuras del sexo anal de un marido oprimido con su malhumorada esposa.

Laura por detrás, II

Una noche el marido oprimido intenta un nuevo ataque. Por lo ocurrido en días pasados está convencido del gusto que su esposa tiene por el sexo anal. Laura, ya acostada en la cama y de espaldas a él finge dormir, el esposo excitado se acerca amoroso a ella, la abraza, acaricia sus firmes senos metiendo la mano bajo el pijama, ella lo deja avanzar, el marido cree que ella ha dado su aprobación, ahora la mano acariciadora recorre los firmes glúteos suavemente, acariciando por...

La casa de los suspiros (1)

Relato sobre la lujuriosa relación entre una madura exhibicionista y un adolescente ansioso por aprender del sexo, primera entrega.

La casa de los suspiros, I

Nunca faltaba a misa los domingos por la mañana. De alguna forma se hizo casi una costumbre buscarla en la iglesia en la misa de 8. Y ahora así estoy, junto a la puerta de la atestada iglesia, la gente que me rodea me impide entrar, sólo escucho la liturgia dominical y el suave y armonioso viejo órgano, eso y los rezos de la feligresía. Como puedo avanzo un poco más y la busco con la mirada, ansioso, con cierta urgencia, mirando por sobre los hombros de la gente, quizá...

Las tetas de Paola

Deliciosa experiencia con una chica de grandes senos y la desaforada cogida con esa joven en apariencia temerosa del acto sexual.

Las tetas de Paola

Hace tiempo que he descubierto mi atracción por las chicas de tetas prominentes, antes casi no, y no porque no haya tenido novias o amigas con chiches grandes, pero creo que desde la experiencia con Cristina Ponce –o el caso de Rebeca hace años-- se acentuó esa particular afición.

En eso estaba pensando un día mientras esperaba mi turno en un banco; siempre era igual en ese banco, largas filas para depositar o cobrar un cheque, pero no tenía opción, era la única sucursal...

Hijo querido (10)

Luego de una larga ausencia, doy a conocer la décima entrega de las aventuras incestuosas entre una madre muy caliente y su hijo querido

Hijo querido, 10

Una tarde sin nada que hacer que ver tv, Ana se siente aflojerada, soñolienta, aburrida, en la tv pasan una peli repetida una y otra vez, pero sin nada que hacer sigue mirando la pantalla, descansando en el sofá. No se da cuenta cuando entra Andrés, seguro viene de ver a la novia, piensa la madura.

--"¡Hola ma!, ¿qué hay, qué haces?", dice el adolescente antes de besarla en la mejilla.

--"Hummm, nada, aquí viendo otra vez esa película, ¿y tú qué tal?, llegas temprano...

Manualidades (2)

Segunda entrega, luego de algún tiempo, de las masturbaciones de una madura caliente --apenas recibí el material de la protagonista original.

Manualidades, II

El fastidio y el cansancio al regresar del trabajo. La madura echa un ojo al solitario departamento, "ya le urge una limpiada a esto…", piensa, mientras ve abandonados en la mesa platos desechables con restos de pizza, una taza con una mosca dentro nadando sobre el poco café que quedó; más allá la toalla abandonada en una silla, en el piso unas pantis sucias afuera del baño y sobre el viejo sofá el bulto de ropa que ha olvidado llevar a la lavandería y "pues sí… esto luce de la...

Madre consentidora (4)

Por fin y a petición general, la cuarta entrega de las relaciones incetuosas de la madre consentidora y su amado hijo, con una secuela que da para mucho más (donde entra el redactor).

Madre consentidora, IV

Los, al parecer, insufribles y contradictorios sentimientos de culpa que en un principio Teresa sentía, al haber dado satisfacción a los incestuosos deseos de su vástago --y de ella misma--, pronto fueron dejados atrás al dar paso a la desaforada lujuria que ahora embargaba a la pareja. Ella, sorprendida de la inusual potencia del adolescente en ciernes, pronto se adaptó a su doble papel de madre amorosa y al mismo tiempo amante, siempre dispuesta a satisfacer los reclamos...