Mi Ama y Su Amiga - 3
Papá, quiero hablar contigo. Ven ya - dijo. Noté que mi esposa aún no estaba dormida. Me levanté y salí de la habitación. Mi hija recorrió mi cuerpo con la mirada. Me cogió de los pezones estirándolos y me retiró de la puerta.
Esa noche me acosté pronto, después de inventarme que me manché el pantalón en una cafetería en la que había coincidido con Ale y Alba. Mi esposa no se lo había creido, aunque no dijo nada. Después de cenar y estar un rato con ella le dije que estaba cansado y que me iba a la cama. Necesitaba madurar lo que había pasado. Enterarme de que Alba era Mi Ama y de que mi hija ya estaba al tanto de todo. Es más, que había descubierto que su padre era un sumiso que pertenecía a su amiga y que participaba del domini...