Noche con diamantes

¿Qué hombre no querría regalarle a su esposa un diamante en una ocasión especial? Entra, no te quedes en la puerta. Vamos a exponer las joyas...

No te puedes creer lo que llevo puesto cuando entro en la joyería. De verdad, estás acostumbrado a verme vestir provocativa, pero esto se pasa ya de todos los límites. Lo describirías más bien con ir desvestida... Tu polla reacciona inmediatamente y ya ruge a los diez segundo en tu bragueta, con una punzada palpitante y dolorosa que te la estrangula.

-          Joder, tía. ¡Cómo vienes!

Noche de Reyes. Los hombres se agolpan a comprar los regalos el último día para sus esposas complacientes. Cient...

Voyeur

Los busco, los elijo con cuidado y esmero; soy exquisita en eso. Mis amantes. Para ti... para mí. Para que me follen y tú lo disfrutes.

Me toco el cabello suavemente, para hacerme la cola… Esa que siempre me acompaña en todas mis andanzas. De donde quiero que se aferren las manos rudas para montarme y poseerme. Hundirse en mí utilizando mis pelos como agarre.

Despejo mi espalda con mi vestido vaporoso para que puedas ver mi piel bronceada. Mi cintura… mis nalgas enfundadas en la tela ajustada, los muslos firmes y como no, mis sempiternos tacones… Vestida para desnudarme, o semidesnudarme. Porque ya he notado que te gusta verme vestida...

Follarte y correrme con tus recuerdos

Acerca tus labios a mi oreja y tu mano a mi entrepierna. ¿Ya sabes lo que quiero? No, eso no... Quiero saber como te la tirabas a ella...

¿Qué te hacían las otras?

No mires para otro lado… ¡Hazme caso! ¿Qué te dieron, qué recuerdas, que sentiste entre sus piernas? ¿Sus sexos, como eran? ¿Los recuerdas?

Dime, anda… Me corroe la intriga, se me moja el coño al imaginarte con otra mujer, cómo te lo hacía… ¿Te la comía mejor que yo? ¿Te besaba luego en la boca, con restos de semen en su lengua cachonda e hinchada por el tormento de tu polla? ¿Qué te hacía? Anda… Dime…

Cuéntame cómo disfrutabas de sus cuerpos, como te montaban y s...

Corridas

Deseé durante tantas horas que el caballete cayera y la pintura se desparramara con nuestros cuerpos entremezclados... Ahora tengo una segunda oportunidad.

El cuadro bajo nuestros cuerpos sudorosos… No pensaba que después de haberlo pintado hacía días pudiera dejar marcas en la piel de esa manera. Con él he secado la corrida de mi cara, de mi cuello, de mis pechos… Con él recogí los últimos envites de tu polla erecta, de ésa que me perforó el coño durante horas…

El lienzo fuera de su marco, como lo había querido desde que te vi pintarlo. Bajo mi culo, allí donde dices que lo dibujaste y no lo veo. Bajo mi espalda, allí donde me explicaste que la plasmast...

Bondage

El miedo que siento al sentirme tan humillantemente dominada no va a evitar que desee correrme con tu polla entre las piernas

Atada. Bien atada… No es un decir, has tardado en hacerlo, doy fe de que hoy te has superado.

Ojos tapados por unas cintas de cuero, boca ocupada con algo… ¡Dios, no quiero saberlo! Si fuera esa bola, al menos…  Pero no… es un trapo, y sabe a corrida…

Desnuda y atada… Hoy no estoy colgada. Mis manos unidas por las muñecas se unen a los tobillos por una barra que has clavado al suelo. Mi cadera pasa y se apoya por encima de otra barra, para evitar que mi culo pueda agacharse.  La cabeza, sujetas...

El sexo oral bien comprendido...

Esa boca tuya me domina y me hace experimentar los mayores miedos y mis mejores pasiones. Pero no solo es tu boca...

Tu boca… el centro de mis pasiones y mis anhelos. Horriblemente deseada, tristemente consentida. Mala boca, diabólica boca, perversa boca.

Me mantienes en vilo desde el alba, con tus sonrisas, tu seriedad, tus palabras y silencios. Ésa que me mata a ratos y me devuelve a la vida para dejarme caer en el más profundo de los abismos.

Tu boca…

Caliente, húmeda, plena e incansable. Emite sonidos que me hacen hervir la sangre y pone palabras a las pasiones mas ocultas de mi cuerpo. Tu voz, regal...

Bola 8

Una mujer que juega... un hombre que mira y se pone muy cachondo solo con sus caderas... Él la tienta, y ella acepta el reto.

Partida de bola 8, te llevo tres de ventaja. No te lo puedes creer. Cuando la bola ha entrado en la tronera tras dos toques de banda el sudor te ha corrido por la espalda.

-          Eres una hija de puta.- me dices, agarrando tu taco y estrujándolo contra el suelo como si fuera una colilla en el cenicero.- Tú sabías jugar a ésto…

-          ¿Tú crees?

Le pongo tiza a la punta y retiro el exceso con un soplido ante tu cara. Estás dolido… se te nota en la mirada. Ya te veías metiéndote en m...

Amor... Mírame mientras me folla...

La cama se mueve del lado de mi mujer... y la veo follarse a un vecino. ¿Me ofendo? ¡Qué va! ¡Me la machaco!

Y ahí estás… dejándote que te taladre el culo el vecino… ¡Qué poco le costó dejarse convencer de que yo estaba borracho y no me iba a enterar de la follada! ¡Como se nota lo salido que estaba! Cuando te miraba en la fiesta, lascivo, creyendo que yo no observaba… ¡Y qué buena guarra eres tú, que te dejas follar para que yo me pajee!

Ahí está, enculándote a conciencia. Me gusta oírte gemir por polla ajena. Ahí, en tu sitio de la cama, de lado, tus tetas apuntándome salidas del camisón blanco… La falda a...

La vecinita de las bragas blancas

Terminar de follar corriendo porque sé que él me espera en su balcón... Y yo, como cada noche, saldré a mi terraza. ¿Me atreveré esta vez a algo más?

Sé que me miras… Cada noche de cada puto día… Ahí sales, a vigilarme.

¡Cómo me gusta!

Peinarme a estas horas tan inadecuadas para ti… elegir ropa casual… mis braguitas de algodón y una camiseta de licra… Ropa blanca que se distingue mejor en la oscuridad.

Mi terraza en el ático de mi edificio, más debajo de la terraza de tu piso. Me miras desde un piso de diferencia, unos cuantos metros desde nuestros edificios… Pero te siento como si tu aliento rozara mi cuello, como si tus manos abrazara...