Escaparse a la playa

Tras un fracaso amoroso, puede que el mejor sitio para dejar volar la imaginación sea... la playa.

La historia comienza como empezaría cualquier película mala, de esas que ponen a las tres de la mañana para rellenar el espacio muerto entre la teletienda… y más teletienda:

En la barra de un bar.

¿Qué hacía yo allí? Emborracharme. Día pésimo, semana pésima… Creo que podía decir, también, que el peor mes de mi vida acababa de pasar, tras arrancar la última página de mi calendario de sobremesa de Mafalda. Ella, como no,  me daba consejos… ¿optimistas? No, Mafalda nunca había sido optimista, y no ib...

Dímelo

Cuando los dos son tan tontos como para desearse tanto, de vez en cuando hay que mentirse a uno mismo para que el deseo, simplemente, se libere.

Lo maldigo… ¡Dios! ¡Cómo lo maldigo! Me llegan las ganas de correrme… y el muy hijo de puta cambia el ritmo, no sé si para impedírmelo o es tan egoísta que ni siquiera se da cuenta de lo que hace. Estoy terriblemente excitada, muy cabreada… y dolida. Tengo ganas de llorar, pero pueden más las ganas de pedirle que por una puñetera vez se apiade de mí y me conceda un orgasmo.

Lo que suelen hacer los tíos malos de las pelis pornos… hace mi amante conmigo. Con un brazo lanza todos los objetos de mi mesa d...

Desearte... y pecar.

Y de repente, sin casi creerlo, estamos los tres bajo el mismo techo, juntos... Tú, empalmado; yo, mojada; mi marido, sin enterarse de nada.

-          Estás muy mojada, Cielo.

-          Especifica… Estoy muy mojada, por ti.

Y sí, lo estoy. ¿Cómo no estarlo, cuando llevo interminables minutos sintiendo las caricias de tus ojos sobre mi piel, mientras me observabas desde el otro lado del local, donde degustabas una copa, devorándome con la mirada, pausadamente? ¿Cómo no estarlo, cuando sabía lo que me susurraban tus labios, sin escucharte pronunciar las palabras que tanto anhelaba mi cuerpo?

Minutos eternos… Viéndote tocar por...

La buena amiga

Traicionarte... ¡Qué delicia! Me lo follé, sí. Lo disfruté, sí. ¿Te vale si te digo que me arrepiento? Y, si no te vale... bueno, no sé si importa si no te vale. Ni si quiero ser perdonada.

Perdona, ¡por Dios! Perdona…

Fui estúpida; lo sé, y lo siento. No sé cómo me dejé llevar, no sé cómo se me ocurrió hacerlo… ni cómo me atreví. Es verdad, lo confieso. Hacía tiempo que lo deseaba… Mirarlo era en sí ya pecado, y continué observando. Pero nunca debí pasar esa línea que quise trazarme, cuando aún me importaba algo más que el calor que mis entrañas sentían cuando él estaba cerca. Esa humedad que me endulzaba el carácter, y me hacía mitigar la pena que sentía por fijarme en un hombre prohibid...

¡Átame!

Me resistiré, no te será fácil... Pero estoy deseando que lo hagas.

Gemí… gemí y jadeo. Por dos motivos…

Uno es que estaba excitada. Sin duda alguna, me tenías la entrepierna completamente mojada. Los labios de la vulva estaban hinchados y enrojecidos, y eso que apenas si habías tenido tiempo de centrarte en ellos… Aun…

El otro motivo, que habías tenido que forcejear conmigo a base de bien para poder tenerme como me tenías ahora. No solo estaba atada… Estaba perfectamente inmovilizada en la postura en que me quería tu perversa mente. Te había costado, pero...

Confesiones de una aprendiz de sumisa

Mi perverso amo... haría cualquier cosa que me pidieras, lo sabes. Entregarte el orgasmo de mi marido es un placer para mí.

Caliente… sí. Caliente durante días.

Así me has tenido, mi amo. Así me querías, para ti, y para mi marido. Fueron tus órdenes, y creo que estarás satisfecho. Pero algo en mí, aparte de excitado, está nervioso y temeroso al mismo tiempo. Algo que no esperaba que apareciera, algo que me tiene perdida…

Sintiendo tu presencia cada vez que me doy la vuelta; esperando encontrarte en todo lo que me rodea. Viendo tu imagen en el espejo en el que me veo reflejada, escuchando tu voz en los comentarios de...

Metal contra metal

Hoy quiero cumplir tu fantasía. Mi boca, tu polla, y unas esposas.

No es lo mismo esperarlo… que sentirlo. Avisarte ha sido parte del plan; te lo habría dicho aunque no me hubieras preguntado. Tenerte expectante, sintiendo el sonido de las esposas a cada movimiento en tu trabajo ha sido la guinda perfecta para tu calenturienta perversión. Esperabas verme entrar en tu despacho con ellas guardadas en el bolso, ¿no? Lo que no te habías imaginado era encontrarme apoyada en el quicio de la puerta a la hora del almuerzo, con un leve cárdigan largo abierto, enseñando un sostén y...

El saber estar

Un regalo para ti puede ser también una sorpresa para mí...

Mi cara de sorpresa con tu respuesta, tus ojos ilusionados a la espera de la mía.

Un guiño, una sonrisa, un asentimiento.

Un compromiso… tu regalo.

Decididamente organizar toda esta parafernalia para ofrecerte lo que quieras pedirme por tu onomástica tal vez me fuera a salir tremendamente caro. Una caída de los párpados al hacerte el ofrecimiento mientras la música suena de fondo en el interior tapizado de cuero de tu coche. La calefacción puesta, perlando de sudor las pieles de ambos. Las...

Restregarme en tu cama

Lo más difícil era, sin duda alguna, traspasar el dintel de la puerta de la casa que compartes con tu esposa...

Ando perfecta… No me busques fallos. Hoy, ciertamente, no vas a poder mirarme con malos ojos y decirme que es un riesgo. Te he cogido desprevenido, nada tienes que hacer ante lo que te he preparado. Ningún descuido. Nada…

Me miras de arriba a abajo, asombrado. No estamos hablando de haber cuidado la ropa, que lo he hecho. Jamás volverás a encontrar una blusa con adornos de purpurina, ni un maquillaje de colores fuertes y carmín con tendencia a manchar, o plumas en un adorno en el cuello. Tantas veces...

Tu querida.

Cuando no se es libre, la mejor opción puede ser pedirte que beses el interior de mis muñecas.

Rozar tu piel apenas con la yema del dedo… y sentir que se aleja tu espalda. Un suspiro mío… uno tuyo…

No me dejas acercarme, no me dejas alejarme. ¡Maldito seas mil veces por convertir mi vida en el juego loco en el que se ha transformado! Desearte y no poder siquiera imaginar cómo sería estar, por un solo minuto, enredada a tu cuerpo desnudo…

Toma mi mano, que ya es tuya, y haz con ella lo que quieras… La otra no te pertenece…

¿La quieres? ¿Quieres la otra? Pues ven a cogerla, que aunque...