Niña Curiosa 3
Despertar de una putica....
El agua de la regadera caía sin compasión, salpicando los azulejos de las paredes, y la sombra atlética de mi tío, se dibujaba a través del cristal de las portezuelas… bendita el agua que besaba su desnudez, bendita su desnudez que despertaba mi lujuria.
El momento mágico de mi primera vez, no había aplacado mi curiosidad, sentía unas ganas enormes de descubrir más; mis pensamientos se distraían continuamente, recordando aquel sexo que penetrándome me había causado tanto placer y la imagen de su reata...