Juegos de una madura: a que no te atreves !!
En nuestras vacaciones veraniegas, con un juego de retos mi marido mi incitó a calentar al joven cuidador de nuestro chalet, sin calcular que yo pudiera sobrepasar los límites de la provocación ..
Acostumbrábamos pasar gran parte de las vacaciones, en una casa veraniega que tenemos a pocos kilómetros de la ciudad costera de Bahia de Caraquez. Nuestra villa se incrusta entre riscos que dan a una playa relativamente privada, pues esta apartada de la zona hotelera, lo que hace de aquel lugar un edén para el descanso y la tranquilidad.
Usualmente íbamos con familiares y amigos, pero aquel fin de semana mi esposo Augusto sugirió ir en plan romántico, a mi me pareció una idea estupeda porque...