Frases que nadie quiere oír

típicas frases que matan pasiones; siempre salen a relucir en el peor momento,...

No hay nada más delicioso que pasarla en la cama con tu media naranja (o limón, mango, pera, fresita o cualquier fruta que en suerte te toque), pero algo que es una inobjetable verdad de la vida, es que hombres y mujeres nunca llegaremos a pensar de la misma manera al respecto. Nuestros cerebros procesan la información de manera distinta, y por ende, la sueltan también de manera distinta. Mientras que en el ring de las cuatro perillas, el hombre generalmente se deja llevar por la más animal de las pas...

Por bocona me dieron con todo

¡Maldita estúpida orgullosa!, me reclamaba a mí misma, a cada instante; ¡En qué mierda me estoy metiendo!, me decía yo;...el pensar en mí misma, desnuda frente a él y sus amigos,… sus cinco vergas dispuestas a violarme sin compasión,

Muchos me han dicho que soy demasiado orgullosa; es posible. Sé que es uno de mis defectos, y no pocas veces me he metido en líos por no dar mi brazo a torcer; lo que me sucedió el verano pasado creo que fue la gota que derramó el vaso: ya es hora que cambie mi forma de ser. Esa experiencia la tengo atragantada en la garganta, y si no cuento lo que me pasó seguramente que exploto. Es una de esas experiencias que no puedo compartir con alguna amiga, así que decidí desahogar lo que llevo adentro con ust...

Pamela, mi novia, la actriz (3)

Pamelita continúa tratando de ser famosa, y ahora su transformación será total...

Los sábados en la tarde son de lo peor: no hay trabajo que hacer y aún es muy temprano para comenzar la farra de fin de semana, así que uno se halla siempre con unas buenas horas muertas. Un amigo me propuso salir a pasear por el centro de la ciudad. Acepté. Todo con tal de no aburrirme en casa, y mucho menos masturbarme tirado en la cama como un demente: ese día estaba yo con una "calentura" que para qué les cuento. A Pame, mi enamorada, no le veía ya más de dos meses,… ¡pobrecita!, después de hacerl...

Mi mano derecha,... y mi mano izquierda

...¡parecía una muñequita vestida de enfermera!. Me cayó inmediatamente muy simpática,... aunque también debo admitir que llamó mi atención su hermosa figura,...

Alguien me dijo una vez que a veces yo digo frases que caen "como maldición de gitano"; yo nunca me creí que fuese posible que algo que uno dice, se volviese realidad,… hasta que me ocurrió. Fué en medio de una pelea con mi antigua pareja. Sucedió una noche, era fin de semana: Sara y yo estábamos en mi departamento, revolcándonos en la cama. Yo no estaba para nada motivada: quizás era el cansancio por el trabajo, o que Sara ya no me excitaba, no lo sé,... pero ella se percató de ello y comenzó a dar d...

Un lunes, como siempre...

...no volteo a verle;... casi puedo sentir su aliento pesado y caliente en la nuca. No sé por qué, pero después de tantos años, aún me tiemblan las piernas ante su sola presencia,...

Es casi mediodía y hace un calor infernal. Mucho más si estás frente a las hornillas de la cocina. Como siempre. Toda la mañana perdida en despertar, vestir a los niños, hacerlos desayunar y llevarlos al colegio. La ropa ya se me pegaba apenas regresé a la casa, así que sólo me puse encima un vestido. Lunes, el día más aburrido de la semana. Mi vida es muy aburrida. Como una máquina, trato de apurar el paso para terminar con todo lo que tengo que preparar, antes de que las 2 de la tarde lleguen. ¡Este...

Calatitos a las olimpíadas

Si me preguntan mi opinión acerca de recuperar la costumbre de competir en pelotas los Juegos Olímpicos, yo digo que me parece una idea fantástica...

Calato (a): Peruanismo. Desnudo. Posiblemente derivado de la expresión quechua "Q’ala" (desnudo o descubierto).

Leyendo las noticias hace un tiempo, acerca de las protestas con respecto al paso de la antorcha olímpica por San Francisco (USA), me topé con una nota curiosa: a la masa de activistas pro Derechos Humanos -¡benditos sean!-, que se tiraban sin asco a las fauces de los guardaespaldas chinos de la antorcha, y a los tímidos pero valientes que trataban de apagar la llama olímpica con globo...

Pamela, mi novia, la actriz (2)

Continúan las aventuras de mi novia, buscando ser una gran actriz...

Soy de las personas que al caminar por la calle, piensan y a veces sueñan despiertos. Me encanta el ajetreo de las calles de la ciudad por la mañana. Sus sonidos y colores me relajan la mente. Tras la salvaje orgía con Pamela, mi novia y las colegialas, pensaba yo, caminando lentamente, con las manos en los bolsillos, en lo extraña que es a veces la vida: muchos prefieren una vida emocionante, que rompa con la rutina, que los haga sentirse realmente vivos. Yo por mi parte, prefiero una vida más "simpl...

¡Solidaridad con las feministas suecas!

No es un relato erótico, pero si arranco alguna sonrisa con este relato, me daré por satisfecho...

En noviembre del año pasado, esta noticia llegó a la redacción de mi programa televisivo, el cual yo conducía: mi equipo de producción -bautizados cariñosamente por mí como, "los duendecitos", (cuando en un periódico comenten un error, le echan la culpa a los "duendes" y, dada la extrema facilidad de mi equipo para, cometer sendos errores en las transmisiones en vivo, el nombre les quedaba a pelo), por primera vez en su vida, se sintieron muy vivamente tocados en sus fibras más sensibles, demostrando...

Pamela, ni novia, la actriz (1)

...A ver, ahora escojan entre ustedes-, les anunció-, mi macho ahora se las va a coger a todas, ¿quién será la primera?...

Conocí a Pamela por mera casualidad; un amigo artista me llevó a una actividad por el aniversario de la Escuela de Artes. Después de un paseo por en medio de aburridas esculturas de los alumnos del primer año, al son de una intragable música experimental, "cortesía" de los alumnos de la especialidad de música, estaba yo ya presto a salirme de ahí, hasta que la ví a ella: de pie, en medio del patio, rodeada por todos, vestida solamente con una túnica larga, blanca y unas sandalias, estaba Pamela. Al ri...

¡Maldita monja!

...estaba harta de la maldita disciplina de aquel colegio de monjas; ¡y tuviste que llegar tú: maldita monja, te odio!!,...

El año pasado no me interesaba ser buena alumna ni llenar mi libreta del colegio con sobresalientes: solamente aguardaba la hora de largarme de ahí: estaba harta de la maldita disciplina de aquel colegio de monjas; ¡y tuviste que llegar tú: maldita monja, te odio!,

Era el último año de colegio cuando llegaste, ¡con tu maldito hábito hipócrita!, ¡con tus manos blanquísimas, tu rostro blanquísimo y tu entrepierna que seguro jamás ha visto el sol, maldita monja!; Sor Margueritte era tu nombre (¡nom...