Seducción Invernal

Por último sus piernas esbeltas, eran estilizadas por unos pitillos también negros de charol. Su cabello oscuro se hallaba recogido en una coleta pulcra. Pasé saliva, pues, de manera inoportuna, mi garganta se había secado. Sostenía en sus manos un anotador y un bolígrafo.

Era de noche. Hacía bastante frío y mis ojos me escocían por la brisa que me golpeaba la cara y me cortaba la piel, o eso era lo que yo sentía. Metí mis frías manos en los bolsillos de mi cazadora  negra y me detuve delante de lo que parecía un bar. Miré  entre los cristales el lugar en el que me metería y parecía bastante satisfactorio.

Gire la calle y encontré la puerta cubierta con una cortina. Pronto el calor se fue colando por todo mi cuerpo, haciéndome estremecer mientras se calentaban todas las...

Infiel

Así que me arrimaba para que tuviera mi trasero a su alcance, me rozaba contra él, pero parecía como que no me interpretaba. Se levantó y se dio una ducha. Yo en la cama estaba caliente y mientras lo esperaba me incentivaba con los deditos

Era domingo por la mañana, muy temprano. Estábamos todavía en la cama y mi marido ya no podía dormir, estaba inquieto. Yo quise aprovechar la situación porque me encanta el sexo por la mañana.  Así que me arrimaba para que tuviera mi trasero a su alcance, me rozaba contra él, pero parecía como que no me interpretaba.

Se levantó y se dio una ducha. Yo en la cama estaba caliente y mientras lo esperaba me incentivaba con los deditos, me desnudé y lo esperé haciéndome la dormida. Cuando lo escuché entrar...

Anónimos en la red ii

Fóllame. Dijo con voz entrecortada Fóllame. Repetía mientras se estremecía. Su sexo inundaba todos mis sentidos, su olor me embriagaba, su sabor me emborrachaba y su voz me transportaba a un mundo de sensualidad, deseo y pasión. Fóllame. Repitió otra vez y con todo mi deseo. La penetré y la hice mía como ambos ansiábamos

Una ligera brisa hacía presagiar una agradable jornada y tanto que lo era después de todo lo que acababa de pasarme.

  • Fóllame. Dijo con voz entrecortada
  • Fóllame. Repetía mientras se estremecía.

Su sexo inundaba todos mis sentidos, su olor me embriagaba, su sabor me emborrachaba y su voz me transportaba a un mundo de sensualidad, deseo y pasión.

  • Fóllame. Repitió otra vez y con todo mi deseo. La penetré y la hice mía como ambos ansiábamos.

La respiración volvió a acelerarse, su cadera vol...

Anónimos en la Red

No tenía ni idea de cómo era la gente a la que iba a conocer. Sólo la conocía a ella, únicamente de alguna charla y de intercambiarnos algunas fotos. Pero la realidad suele obstinarse en hacernos muy diferentes a cómo queremos ser o como nos muestran las imágenes. A veces, nuestra imaginación nos juega malas pasadas.

Apenas había tráfico en la autopista y, una vez, en la carretera comarcal la situación se mantuvo. Algún vehículo más compartía la carretera conmigo pero iba tranquilo. Me desvié por una pequeña carretera local y, a los pocos kilómetros, tomé una pequeña pista que bajaba hasta la playa entre plantaciones de eucaliptos y palmeras. Había elegido aquella ruta pese a su estrechez y dificultad porque me dejaría casi en el centro de la playa, una pequeña plataforma de origen natural justo sobre las dunas que me p...

Rizos de carbón vi

Estaba profundamente dormida. Tan adormilada que no oí tu llegada a la cama. Sólo me desperté cuando sentí que me besabas en el hombro. Separé un poco los parpados e intenté abrir los ojos. Percibo una tenue imagen borrosa de ti. Estabas sentado al borde de la cama, a mi lado y me mirabas. Yo estaba tumbada, boca arriba. Intenté decir algo.

A la mañana siguiente…

Estaba profundamente dormida. Tan adormilada que no oí tu llegada a la cama. Sólo me desperté cuando sentí que me besabas en el hombro. Separé un poco los parpados e intenté abrir los ojos. Percibo una tenue imagen borrosa de ti. Estabas sentado al borde de la cama, a mi lado y me mirabas. Yo estaba tumbada, boca arriba. Intenté decir algo.

  • .. Pero creo que el sonido nunca salió de mi boca.
  • Buenos días, Princesa. Dijo José Antonio muy cerca de mi boca.

Sólo sonreí co...

Anónimos en la red iii

Al cabo de hora y media de carretera, por fin llegué a mi destino. Aparqué delante de un cartel en el que estaban escritas estas dos palabras que me hicieron ponerme bastante nervioso y pensar en volverme por donde había venido. Rezaba: ”ZONA NUDISTA”. Me quedé un rato en el coche, decidiendo que hacer, hasta que por fin me hice con el valor suficiente y salir. Me desnudé y, una vez había agarrado mi toalla junto a la crema protectora, cerré bien el coche y me adentré en la playa

Me había quedado mirando hasta donde alcanzaban mis ojos. Había deseado que ella no se hubiese ido nunca pero se fue y la vida debía continuar.

Volví a conectarme al chat a los pocos meses. Siempre tenía conversaciones banales con todas las mujeres que conocía. Nada parcialmente interesante hasta que apareció Ella. Su nombre acariciaba el cielo de mi boca al pronunciarlo y aquello me excitaba.

Me había informado donde estaban las playas nudistas en la costa y cuando me decidí por una se lo comun...

Rizos de carbón vii

Se había pasado todo el fin de semana y no podía creer que volviésemos a la realidad. Me encantaba pasar todo mi tiempo libre con Jose Antonio. Y mucho más me gustaba la idea de ser los reyes del mundo cuando viajábamos a algún lugar.

Asumo que aquella entrada en el hotel fue espectacular. Pude recordar los momentos que habíamos pasado durante todos estos meses que llevábamos juntos, tantos besos, caricias y miles miradas que habían llenado nuestras tardes y nuestras noches en vela, pensando el uno en el otro. Pensaba la manera de continuar el resto de nuestras vidas con la misma condición, con la misma magia con la que comienzan las parejas, todo aquello que era tan especial no quería que nunca se terminara. Las escapadas de fin de sema...

Las aventuras de cristina vi

Para entrar en casa de Cristina en el día de hoy, prometo, en primer lugar, encontrar un rincón como sumiso dentro de mi corazón y, por una vez al menos, no dar órdenes sino recibirlas y acatarlas de principio a fin, tal como tú (refiriéndose a mí, buscando mis ojos por la mirilla de la puerta.) haces siempre. Prometo entrar con la mirada en el suelo, desnudarme en tu recibidor. Dirigirme a ti como “Mi ama” y jamás mirarte a los ojos mientras estemos dentro de la sesión. Una vez acabada la sesión, me tragaré mi orgullo y mis aires de dueño del universo y no te reclamaré la falta de asistencia a las clases del día de hoy. Escucharé todo lo que quieras decirme criticando mis actitudes y no dejaré que la altivez de mi carácter tenga un secuestro amigdalino que pueda dañar nuestra situación.

“Amo la violencia con la que su sonrisa destruye mi rutina”

En el recibidor, desde mi silla, pude observar como Carlos se desnudaba para mí y cómo se posicionaba en la postura de un sumiso; De rodillas, mirando al suelo y con las palmas totalmente extendidas. Con la cara cerca de las rodillas y la mirada perdida entre ellas.

Desde mi trono, fumando un cigarrillo y observando bajo mis pies como su musculatura se relajaba, me preguntaba cómo iba a obligarle a ponerse su atuendo, o si estaba sien...

La concubina

Jose y Andrea parecían una pareja normal cuando les conocí en el gym. Ella era profesora de Zumba y también de Yoga para embarazadas. En cambio, Jose se dedicaba al entrenamiento de los grupos de preparación para los cuerpos de seguridad y de bomberos del estado. Me había fijado en ellos, claro que, como para no fijarse. Ambos cuerpos impresionantes sobre todo él. Aunque a mí, me parecía que tenía una musculación recargada. Andrea es impresionante. Con una musculación perfecta nada excedida, ni un gramo de grasa y todo el cuerpo perfectamente tonificado.

Jose y Andrea parecían una pareja normal cuando les conocí en el gym. Ella era profesora de Zumba y también de Yoga para embarazadas. En cambio, Jose se dedicaba al entrenamiento de los grupos de preparación para los cuerpos de seguridad y de bomberos del estado.

Me había fijado en ellos, claro que, como para no fijarse. Ambos cuerpos impresionantes sobre todo él. Aunque a mí, me parecía que tenía una musculación recargada.  Andrea es impresionante. Con una musculación perfecta nada excedida, ni un gr...

Rizos de carbón v

Urioseando los alrededores de la entrada, había fotos familiares encima de la chimenea. También encontré la de algún famoso que había ido a pasar la noche allí. José Antonio tocaba los sofás porque no creía que eran de cuero real y pensaba que eran de imitación. Por eso se mantenían tan blanquecinos. Ver aquello me hizo gracia. Por fin después de unos minutos de espera, un joven bi

Menudo viajecito estábamos teniendo. Me había dedicado a provocarle durante gran parte de la tarde. Al final, él había parado y me había hecho el amor.

La luz anaranjada del crepúsculo traspasaba las ventanas  del coche, daban un tono diferente a nuestra pequeña intimidad y a nuestros alrededores, ya que viajábamos entre playa y montaña por una preciosa autovía de la costa. José Antonio había tomado mi mano izquierda entrelazando sus dedos con los míos. Desde su posición, acariciaba mi mano con sus de...