Carla y la puta de su hermana
Había conocido a expertas mamadoras de todas las edades, pero nunca había conocido a una glotona de la verga como Aroa. Era una auténtica guarra, una devorafalos en toda regla.
CARLA Y LA PUTA DE SU HERMANA
-¡¡Aaaaay-se reía-!!, ¡¡que me come, me come entera!!.
Entre abrazos y besos Carla recibió mi bienvenida de nuestro reencuentro. Dos años habían pasado, dos años sin vernos a pesar de vivir en ciudades contiguas. Al fin había podido ir a verla, y estaba más contento que unas castañuelas porqué yo estaba pero que muy loco por Carla. Era una de mis más grandes amigas.
-Luís, ¿te acuerdas de Silvia?.
-Sí, la recuerdo-dije al ver a una chica rubia de ojo...