El que no se enteraba de nada (y 4)
Donde nuestro sexagenario inspector pone punto final a este relato de crímenes, sexo y decepciones.
El que no se enteraba de nada (y 4)
Donde nuestro sexagenario inspector pone punto final a este relato de crímenes, sexo y decepciones.
La noche había sido agitada, con sueños eróticos y todo. Había imaginado que Ghenta mi respetada asistenta negra había copulado conmigo. Su joven cuerpo negro, cubierto por tintes blancos y ocres de carácter ritual había bailado encima de mi cansada y algo ya vetusta anatomía. Mi lengua había recorrido su cuerpo desde sus labios con sabor a ron, hasta sus o...