Por un puñado de cremas 6

La vida de Isabel volvía a su rutina, pese a que la bacanal que había roto todas las líneas rojas que tenía en su decoro, seguía en su mente de forma vivida.

La vida de Isabel volvía a su rutina, pese a que la bacanal que había roto todas las líneas rojas que tenía en su decoro, seguía en su mente de forma vivida.

Durante un tiempo bloqueo aquellas imagenes en las que toda su familia se sumio en un frenesi de sexo. Aquellos recuerdos la ponían enferma, pero no en el sentido que una persona normal experimenta, sino que la excitaba sin medida.

Se refugió en el trabajo y las tareas cotidianas para que su vida retornara a la normalidad, o al menos intent...

Por un puñado de cremas 5

Isabel andaba inquieta, no sabia porque había llegado a esa situación, pero allí estaba, sentada en la mesa con toda su familia, y sin bragas, porque el mas mínimo roce de la tela sobre su excitado sexo la ponía a cien.

Isabel andaba inquieta, no sabia porque había llegado a esa situacion, pero alli estaba, sentada en la mesa con toda su familia, y sin bragas, porque el mas minimo roce de la tela sobre su excitado sexo la ponia a cien.

  • chica que callada estás - le dijo su hermana Lidia
  • es que hemos estado muy liados en el curro - se excuso con desgana

Era el cumpleaños de su hija mayor Clara, y como siempre hacían se reunían para cenar y celebrarlo. Así que alrededor de la mesa, a parte de su marido Luis y sus...

Soy un monstruo

Soy un monstruo, lo sé y lo asumo, hace mucho que me debato con mi mente. Para ser sincero me debatía, ahora ya no, gano el lado oscuro y disfruto de ello. Mi nombre no es relevante, a mis 45 años tengo claro que la vida está para apurarla al máximo y más ahora, que debido a mis finanzas más que saneadas no tengo ningún tipo de problema que me distraiga de mi verdadera devoción. El placer.

La piscina el miércoles estaba bastante vacía, y si algo me gustaba era la tranquilidad. Habían desaparecido las familias completas y un par de grupos de adolescentes eran lo único que rompía levemente esa quietud.

Soy un monstruo, lo sé y lo asumo, hace mucho que me debato con mi mente. Para ser sincero me debatía, ahora ya no, gano el lado oscuro y disfruto de ello. Mi nombre no es relevante, a mis 45 años tengo claro que la vida está para apurarla al máximo y más ahora, que debido a mis finanzas má...

Por un puñado de cremas - 4

Por unos días el subidón del callejón calmó a Isabel de sus bajos instintos, pero el domingo, sola en casa después de que su marido y sus hijas se fueran a un partido, volvió a tener en su mente aquellas imágenes.

Por unos días el subidón del callejón calmó a Isabel de sus bajos instintos, pero el domingo, sola en casa después de que su marido y sus hijas se fueran a un partido, volvió a tener en su mente aquellas imágenes.

Y allí estaba con el teléfono en una mano, y el papelito con la frase y el número en la otra. No pudo evitar soltarlo todo y masturbarse con furia para conseguir un sucedáneo de placer que la calmara. Minutos después lo único que había cambiado era la humedad de sus bragas, y el deseo segu...

Por un puñado de cremas - 3

No habían pasado ni dos días de su aventura, e Isabel andaba totalmente desbordada por sus deseos. Así que aquella mañana se la cogió libre, y se fue al centro a ver si se despejaba.

No habían pasado ni dos días de su aventura, e Isabel andaba totalmente desbordada por sus deseos. Así que aquella mañana se la cogió libre, y se fue al centro a ver si se despejaba.

Como en sus viejos tiempos, se perdió en unos grandes almacenes y distrajo unas cuantas cosas de las estanterías a su bolso, pero para su desgracia, había algo diferente, no sentía lo mismo que antes. Acabo maldiciendo su vida en una cafetería. Al final había pagado todo en la caja, y aun no daba crédito del cambio que...

Por un puñado de cremas - 2

Sabía que sus pequeños hurtos eran una droga accesible, a la que se había enganchado con ingenuidad, pensando que era algo inocuo, y podría dejar de hacerlo cuando quisiera. Pero ahora luchaba contra algo más intenso y más peligroso.

Habían pasado dos días desde el incidente y no se lo quitaba de la cabeza. Su mente lo rememoraba a cada momento. Conocía aquella sensación, porque era la misma que sentía cuando hurtaba tonterías en cualquier tienda. Pero la diferencia estaba en la intensidad. Su sexo se humedecía con cada retazo de lo vivido.

Y lo peor no era eso, si no que la noche anterior al hacerle su marido el amor, totalmente húmeda y excitada tuvo que fingir el orgasmo porque no llegó en ningún momento al clímax. La dulzura y...

Por un puñado de cremas - 1

Isabel era una mujer normal, en su vida no había nada excepcional. Casada, dos hijas, buena relación con la familia, buenos amigos. Cualquiera que la conociera diría que era una mujer hogareña y servicial, siempre dispuesta a ayudar a quien lo necesitara.

Isabel era una mujer normal, en su vida no había nada excepcional. Casada, dos hijas, buena relación con la familia, buenos amigos. Cualquiera que la conociera diría que era una mujer hogareña y servicial, siempre dispuesta a ayudar a quien lo necesitara.

A sus 45 años lucía un cuerpo muy deseable que ella siempre ocultaba discretamente. No era mujer de escotes ni faldas cortas, y aunque no vestía de forma monacal, siempre intentaba que no destacara ninguno de los atributos que los hombres más desea...

Un café algo diferente

Begoña quedó quieta, esperando, y se asustó, no podía moverse, andaba con los brazos apoyados en la mesa de la cocina, y las piernas cruzadas, y sintió su cuerpo como una piedra fría que no podía controlar.

Allí estaban sentadas en la mesa de la cocina después de haber dejado a los niños en el colegio. Andrea, la dueña de la casa, 28 años, pelo moreno liso, muy estilizada y vestida con falda y blusa de tirantes, a falta de unos pechos generosos lucía unas piernas largas y bien formadas que desaparecían bajo la tela conformando un trasero tentador. En cambio a Begoña, de 32 años, pelo rizado y rubio, se le adivinaba bajo un vestido veraniego muy normalito unas formas exuberantes, con un pecho que atraía las mir...

Iniciado en la sauna

Dominación, Gay

¿Cómo comenzó todo? Pues fueron un sin fin de cosas, pero voy a intentar ordenarlo todo. Me llamo Juan, tengo 50 años, casado, una hija, y una vida aceptablemente cómoda hasta hace poco, relativamente.

No soy un adonis pero me conservo relativamente bien. Frecuentaba el gimnasio de forma más o menos habitual, y no tengo muchos vicios.

En el tema sexual nunca he sido un portento, lo reconozco. Aunque de joven me defendía, llegó un momento en que empecé con problemas de erección y eyaculación prec...

Sometiendo a mi suegra

Ni imaginaba que al abrir la puerta aparecería mi suegra. Y es que después de la discusión con mi mujer y su posterior huida de casa después de una terrible discusión, tenía la cabeza en otras cosas.

Ni imaginaba que al abrir la puerta aparecería mi suegra. Y es que después de la discusión con mi mujer y su posterior huida de casa después de una terrible discusión, tenía la cabeza en otras cosas.

  • Hola maite - le dije sorprendido.
  • Vengo a que me cuentes que ha pasado - dijo entrando sin más protocolo.

Maite, la madre de mi mujer, era una mujer de 48 años de muy buen ver, siempre arreglada y lista para inspección. La de pajas que me había pegado de novio rememorando las visiones escasas pero m...