La ninfa

Recuerdo del aprovechamiento humano en tiempos inestables

Unas alegres mariposas persiguen juguetonas como críos los destellos dorados del cabello de la joven, que brincan briosos y acarician la suavidad de los hombros redondeados.

El sol se filtra entre las copas de los árboles del claro de aquel estrecho valle, y se empecina en domeñar con su resplandor dorado las inquietas sombras que aparecen fugaces en las concavidades de las nalgas.

Volvió el rostro una sola vez, buscando sus ojos, retándolo con el brillo vital del zafiro de sus ojos inquisitivos...

Navidades convulsas

En Navidades los regalos suelen descubrirse envueltos, pero Ángela está dispuesta a demostrarle otra cosa a su novio Marcos, ¿o será al revés?, ¿ qué más sorpresas pueden aguardar veladas?

Ángela parecía un torbellino recorriendo el piso. No paraba quieta ni un solo instante, inspeccionando cada detalle y observando con detenimiento los diversos adornos navideños que se encontraba allá por donde pasaba. Mientras, sus padres, Leandro y Jacinta, terminaban de arreglarse para acudir de visita a casa de los tíos de Ángela, como hacían cada Nochebuena. En esta ocasión, se les iba a sumar el hermano mayor de Ángela, que había vuelto a casa tras terminar los exámenes de primer año de la facultad.

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Duchas morbosas

Las lagunas legales de una ley política provocan que unos gamberros puedan acudir a las duchas de un centro educativo junto a las chicas. Contiene parodia y escenas lésbicas.

Esto es un total abuso-protestó una de las chicas.

  • ¡Una vergüenza!, ¡no entiendo cómo se puede consentir una cosa así! -añadió otra compañera, lanzando una mirada furibunda a los que se hallaban sentados en el banco, que al parecer encontraban la situación súper divertida porque no paraban de reírse y burlarse, intercambiando codazos y comentarios por lo bajo.

Nerea creía que aquello no podía pasar. Había seguido las últimas noticias por la televisión, había asistido atónita a los estúpidos de...

Llamada carnal

Don Gabriel, cincuentón y necesitado de calor, no duda en contactar con doña Rosalía para reclamar un servicio. Y de esta forma, se convierte en el segundo servicio para la joven Ruth, su "mimada Ruth".

Hondo. Tan hondo. ¿Es posible que llegue hasta un fin, o continuará? Los gemidos de la cama resuenan por lo bajito, quejosos, acusadores del asesinato del descanso nocturno. Fuera, una débil farola ilumina tenuemente la fachada de una casa con aspecto desvencijado y cuya pintura implora una pronta atención. En el marco de la puerta, en el extremo superior derecho, una muesca esculpida con el filo de un cuchillo.

Quince minutos antes, el timbre resuena y la sombra que se arroja sobre el umbral se cuela...

Sesión golfa

Se dice que las sesiones golfas son aquellas que empiezan a altas horas de la noche, pero, tal vez, en esta ocasión el término contenga un matiz morboso y atrayente, atrevido y arriesgado, fogoso y sorprendente.

La sala se sumió en las tinieblas, y casi al instante volvió a quedar iluminada con las luminosas tonalidades de los anuncios que se fueron agolpando en la pantalla. La joven paseó su mirada de ojos grandes y oscuros por la estancia, complaciéndose de la casi nulidad de público que había en aquella sesión nocturna de un día laboral, ya que sólo se contemplaba en el espacio la cabeza de un hombre adulto, situada en las filas centrales.

Ellos, por su parte, se habían resguarnecido en las butacas de la e...

Acto nocturno

En una noche cómplice, una joven guía sus pasos hacia la cama donde aguarda un hombre, con un apelativo prohibitivo para los actos que juntos pretenden desencadenar. ¿Fantasía o realidad? EL lector así lo decidirá.

El sonido de sus pies descalzos colman el silencio del cuarto, tenuemente iluminado por una pequeña lámpara de mesa, aproximándose sibilosamente hacia la cama. Su mano diestra, segura y firme, posada en el cinto que enfunda su cuerpo, la otra, taimada y cómplice, separa el cuello de la prenda, revelando el blanquecino rostro de una cadena, testigo mudo de alguna cruz que debía prender de su cuello. No me extrañaría que fuera cierto, una criatura dulce de Dios, insuflando esperanza y fe en el espíritu de los...

El reencuentro

Él, su príncipe de Francia, ella, su princesa mora, unidos y entrelazados, entre el calor del hogar y las sombras del salón, reconociéndose y amándose, dispuestos a entregarse a los instintos liberados de sus cuerpos

-Eres el mejor regalo de cumpleaños posible-murmuró Sonia, apoyada su mejilla en el pecho del joven que abrazaba su talle con sus manos finas y hermosas, de dedos alargados y tan doctos en tantos saberes.

Él no le respondió nada, sino que se limitó a aspirar la dulce fragancia que emanaba de su cabello liso y castaño oscuro, en cuya sedosa brillantez resplandecían pequeños centelleos rojizos de la chimenea. Ambos se encontraban ante ella, sobre una amplia y gruesa piel que servía a modo de alfombra, y...

Recuerdos cercanos

Una joven recrea en su mente su fogoso encuentro con su chico.

Rocío abrió los ojos mientras una plena sonrisa se dibujaba curvando sus labios carnosos. ¡Cuánto se diferenciaba ese despertar de los de otros muchos sábados y domingos! Ella, que acostumbraba a remolonear y saludar al sol colgado del cielo azul en su cénit, odiadora a ultranza de cualquier propuesta o plan que supusiera abandonar el cobijo de las sábanas por la mañana. Adormilada aún, extendió su mano hacia el otro lado de la cama, pero sus dedos no se toparon con ningun obstáculo duro ni cálido.

-Q...

Un encuentro esperado

Gerardo decide invitar a su hermana Celia para que ayude en las labores a su mujer encinta. Sin embargo, lo que el pobre desconoce es que entre ambas existe una historia de encuentros secretos cuyo nudo pronto continuará desarrollándose...

Celia apenas podía contener su expectación y le costaba un esfuerzo soberano continuar en el cuarto de invitados, desesperada por el hastío que le causaba el paso tan lento del tiempo. La brisa de la mañana sacudía alegremente las cortinas de la ventana, conduciendo hasta sus oídos el dulce trino de los pájaros, intentando aliviarla. Respiró profundamente, permitiendo que el aire se introdujera hasta lo más profundo de sus pulmones, tranquilizándose, y cerró la maleta y la guardó bajo la cama.

-¿Ya ha...

Una noche de sueños frustrados

Esa noche era la perfecta. Solo faltaba él y estaba tardando...Quizá demasiado. La joven Elena ansía un encuentro con su amado y, privada de su presencia y en las manos de sus expectativas, su cuerpo reacciona y acaba sondeando y a merced de sus más recónditos e insospechados deseos y fantasías

Tic-tac, tic-tac, tic-tac...

La aguja del reloj no paraba de deslizarse en el incómodo silencio reinante de su cuarto. Exasperada, comprobó otra vez el móvil pero no había ninguna llamada ni mensaje suyo. Soltó un largo suspiro de fastidio y oteó el exterior a través de la ventana abierta. La farola de la calle, próxima al balcón de sus padres, iluminaba tenuemente su habitación pero por suerte, los vecinos del segundo piso de enfrente ya debían estar durmiendo a pierna suelta. Se mordió un labio y ma...