Atada
Me gusta que te dejes atar. Me gusta por la confianza que me demuestras. Por cómo te entregas a mí.
-Me gusta que te dejes atar. Me gusta por la confianza que me demuestras. Por cómo te entregas a mí.
Te lo digo mientras doy vueltas alrededor de ti. Estás atada por las muñecas. Las manos sobre la cabeza y una cuerda que te obliga a mantenerlas levantadas. Los brazos casi estirados. Me miras sin contestarme. No porque no puedas. No estás amordazada. No quieres. No quieres para que tu entrega sea mayor.
Acaricio tu cara, con suavidad. Aparto tu pelo para verte bien. Para ver tu expresión. Sonrí...