Soledad
El destino no siempre está escrito. A veces cuando menos te lo esperas encuentras el amor junto a quién jamás pensarías. Una historia de huída hacia delante, de odio infinito en el pasado y finalmente, de amor eterno.
Daniel acaricia la piel canela y suave de Betsy, mira el vientre hinchado de la yegua y se dispone a pasar otra noche en el establo, a esperas de que el animal se decida ya a parir su potrillo. No quiere que le sorprenda el parto en plena noche y dejarla sola. Sabe que será esta noche. Lo sabe. Es extraño pero tiene esa intuición con los animales, les entiende, sabe cuando sufren, cuando están satisfechos. Les entiende mejor que a las personas. Los animales no tienen dobleces, no son tan complicados,...