Reencuentro anal con mi primo diez años después

Dos primos que follaban de pequeños se reencuentran diez años después y vuelven a las andadas. Toba, que así se llama el que se pirra por maquillarse y vestirse de mujer, le entrega su culo a Lucas y éste lo folla duro hasta casi rompérselo. Ambos coinciden en que el reencuentro fue una verdadera go

Desde que sus padres (mis tíos) se mudaron a otra ciudad por motivos de trabajo, mi primo Toba y yo hacía ocho años que no nos veíamos. Tiempo atrás, cuando teníamos diez u once años, pasábamos juntos un montón de horas y éramos uña y carne;  ahora que su familia ha regresado nos hemos visto un par de veces, pero nos mostramos casi como extraños, distantes, desconfiados… Aquel viernes, sin embargo, decidí dejarme de historias y de malos rollos: lo llamé al móvil y le propuse un plan:

***—Mis padres y m...

Luzmila, la cincuentona que me pagó con su cuerpo

Un chico de diecinueve años le instala dos lámparas de techo a una señora cincuentona y ella, que anda mal de dinero, decide pagarle con su cuerpo. El joven acepta esa forma de pago porque le gusta la vieja y está muy salido.

Cuando doña Luzmila se casó tenía veinte años y, al contrario de lo que sucede hoy, llegó virgen al matrimonio. Lo malo fue que el marido sólo le duró una década, porque se le largó con una filipina y la dejó sin dinero y sin  trabajo y con una hija de ocho años a la que criar. Escapó de la quema gracias a un marinovio que le cayó del cielo y que ganaba un buen sueldo currelando en un banco. Éste le dio buena vida durante casi dieciocho años, justo hasta el día en que al tipo se le cruzaron los cables y com...

Mi suegra se vino en mi coche

Un año después, segunda vez con mi suegra, y esta vez catándole y rompiéndole su atrayente culo tras vencer su tenaz resistencia. Cosas que pasan...

Un año después de que me follara a mi suegrita Eloísa (véase el relato titulado «Mi suegra se vino en mi moto»), ésta volvió a visitarnos para asistir de nuevo a la fiesta de cumpleaños de su nieta, mi hija, pretexto que le sirvió para pasarse otros cuatro días jugando con la cría. Durante su estancia en casa hablamos con relativa normalidad, educadamente, pero nunca conseguí que me mirara a los ojos. Cuando por fin decidió regresar a su pueblo, mi mujer persistió en abogar por su querida mamá y, claro, sin...

La primita madura que vino del frío

Una prima hermana de mi madre, prima segunda mía, recién venida del frío pueblo de mis ancestros, trabajó para mí como empleada doméstica y un día la pillé desnuda sobre mi cama masturbándose como una posesa. Tuve que intervenir para que no se quedara a medias.

Matilde es una mujer común, ni gorda ni flaca, ni alta ni baja, ni guapa ni fea. Podría ser bastante atractiva a poco que cuidara su imagen, pero ella no está por la labor. Tiene sólo cuarenta y nueve años y parece que tuviera sesenta. Es una prima hermana de mi madre recién venida del pueblo de mis ancestros, donde hace un frío casi polar. Está casada con Felo, más conocido en el pueblo como  «El Pera», y es madre de una hija ya emancipada que vive en Italia... Yendo al grano les diré que la idea que acaba...

Follando a Miss Daysi

Un taxista novato conoce a una chica escultural de diecinueve años, cubana, y acaban follando como locos

Acudía a aquella plazoleta con frecuencia, de cinco a seis y media de la tarde, excepto fines de semana. Era un rato exclusivo para mí, un rato íntimo e  intransferible. Sin parientes, sin vecinos, sin amigos. Solo. Yo y mi tablet, más el banco de piedra, la catedral dándome sombra, casas señoriales del siglo XV delante y calles peatonales de adoquines en derredor, así como árboles, palomas y pajarillos. Allí navegaba por los mares de Internet, wasapeaba, escribía, leía, escuchaba música... Podía permitírme...

Viajando al lado de una madura

Durante un circuito-excursión de seis días, una madura que viaja sin su marido y un recién divorciado coinciden en el mismo asiento. La relación entre ambos fluye poco a poco y pasa lo que pasa.

Evasión y victoria... Firmas tu divorcio express para casados sin hijos y te vas de viaje sobre la marcha. Solo. Para recargar pilas y reflexionar sobre tu nueva soltería. Se lo dejé cristalino al tipo de la agencia:

—Quiero un circuito de seis días por la Península Ibérica que salga mañana mismo desde Madrid.

Mi economía no daba para grandes dispendios ni podía retrasar más mi restillo de las vacaciones anuales. «O disfrutas ya de esos días o los pierdes», dijeron mis cabrones jefes. El de l...

Se dieron un festín con mi madre y conmigo

Tres jóvenes maleantes entran en casa, aprovechando que mi padre está en viaje de negocios, y se dan un festín con mi madre y conmigo. Los tipos estaban muy bien dotados y nos dieron pollas por todos los agujeros.

Serían las siete de la tarde o así. Mamá y yo veíamos un concurso en la tele cuando sonó el timbre de casa:

—Abre tú, Luisi, que yo acabo de salir de la ducha y sólo llevo el albornoz… —dijo ella secamente.

—Vale — respondí, pese a mis pocas ganas de moverme.

El chico que llamaba a la puerta vestía de rebeca gris y corbata.  Parecía uno de esos jóvenes que tratan de captarte para alguna religión. Pensé en no abrirle para evitarme la comedura de coco, pero era un tipazo alto, rubio, d...

La vecina temía que le pasara algo... y le pasó

Una vecina veterana me dejó la llave de su piso para que pudiera socorrerla si le pasaba algo, sobre todo cuando su hija estuviera de viaje. Y la socorrí bien socorrida. Pasó justamente lo que ella quería que pasara.

Hace algún tiempo tuve que irme a vivir,  por razones laborales, a una ciudad situada a casi dos mil kilómetros de mi ciudad natal. Al principio me sentí raro, inadaptado, pero por suerte conseguí alquilar un piso cerca de mi  trabajo y todos los días iba y venía andando, una bicoca que obviamente me facilitó la estancia y el disfrute de la ciudad... Viene esto a colación porque en mi mismo rellano, puerta con puerta, vivía una señora mayor, Teresa, de 64 años, y su hija Mariana, de 38. La primera era viuda...

Una vecina visita mi club de fútbol y sale goleada

Mi vecina Natalia, aficionada al fútbol, se empeña en visitar mi club de tercera división y yo y otros dos compañeros aprovechamos su calentura y nos la follamos y la sodomizamos en el vestuario.

(Vivencia de un amigo mío que escribo en primera persona, como si fuera él, a petición suya)

Me llamo Ismael, tengo diecinueve años, mido 1.85, y practico fútbol casi desde la infancia. Digo esto último porque actualmente juego en el Unión Latina, un equipo de tercera división, y porque a mi vecina Natalia, que es aficionada al fútbol, se le metió entre ceja y ceja que quería visitar mi club y que le enseñara el terreno de juego, los vestuarios, las duchas, la caseta del árbitro, las oficinas, los t...

Mi tita no quería que le follara el culo, pero..

Una viudita joven, de 45 años, encuentra consuelo en un sobrinito de veinte años, muy bien dotado de genitales, que le da polla en cantidad.

Cuando me desperté por la mañana, después de una estupenda noche de sexo, observé que Paloma dormía de costado con el culo dando hacia mí  y que mi polla morcillona se había instalado de motu proprio en la rajada de sus nalgas. Descansado como estaba, y con todas mis fuerzas recuperadas, es fácil de entender que la morcillona se me pusiera otra vez larga, gorda y dura y que, más o menos instintivamente,  la llevara hasta el punto de entrada de aquel apetecible culo e intentara penetrarlo. Lo malo fue que Pa...