Toda una Vida y II

Y a mi mente retornaron las imágenes y las sensaciones que había vivido y experimentado. Su hermosa verga, el descubrir con placer la sedosa la piel de su glande en mis labios. Como se había derramado en mi boca y como yo henchido de placer lo había hecho en la suya. El sabor de su semen, su untuosa cremosidad, su sorprendente aroma y regusto metálico..

Continuación de Toda una Vida I

Juan permanecía acostado a mi lado acariciándome suavemente el pecho. Yo con los ojos cerrados meditaba sobre lo que había pasado. No me lo podía creer, me había acostado con un hombre, peor aún, con mi mejor amigo. No podía comprender por qué lo había hecho. Un hombre felizmente casado, con dos hijos maravillosos, y que nunca había tenido ese tipo de inclinaciones. Incluso a veces con ciertas actitudes homófobas como me reprochaba a veces mi hijo. Y lo había hecho, se la...

Toda una vida I

Mi mejor amigo desde la infancia, y hacía más de veinte años que no le veía. Me vinieron recuerdos de los felices momentos que habíamos pasado juntos. Los juegos infantiles, las fiestas de pijamas, los primeros ligues, las primeras pajas. Sonreí rememorándolo.

Sonó el teléfono.

  • Si -respondí con prontitud.
  • Soy Juan - me contestó una voz amigable al otro lado
  • ¿Que Juan? - pregunté intrigado.
  • Juan Arnaiz.

Me quedé mudo y gratamente sorprendido. Al fin pude reaccionar.

  • ¡Juan! Cuanto tiempo amigo.
  • Si demasiado. - me respondió
  • ¿Qué es de tu vida?
  • Pues veras estoy en Madrid, si quieres nos vemos y ya te cuento mis andanzas.
  • ¡Joder, pues claro!. Cuando quieras
  • Qué te parece si nos vemos cuando acabes de trabajar.
  • Por mi vale.
  • ¿Te pa...

Viagra

Titubeé un poco indeciso de contarle mi problemilla. Verá es que necesitaba que Vd me recetara algo para… Me quedé mudó sin atreverme a finalizar la frase ¿Para que? - me preguntó levantando una ceja. Es que no se ...Vamos que está como muerta - dije mirándome la entrepierna. ¿Muerta? Si vamos que no se me levanta, joder - pudé al fin decirle.

Sentado en la sala de espera meditaba sobre mi decisión. Ya pasaba de los sesenta y al fin al cabo era una cosa muy usual en los hombres de mi edad. No se me empinaba. Hacia ya años que el sexo con mi mujer era una cosa muy pero que muy exporadica, pero yo me arreglaba con mi mano para darme placer. Pero desde hacía unos meses por mucho que me esforzara era incapaz de alcanzar una erección. Y no era que no me apeteciera, era que la herramienta no funcionaba.

Así que decidí ir al medico a ver si me r...

Ojos verdes con brillo de facas

Acaso me crees imbécil. Piensas que no me daba cuenta cuando tu mirada golosa me desnudaba, cuando me mirabas el paquete de soslayo, cuando te abrazaba y tu polla se empinaba contra mi cuerpo, cuando temblabas si mis manos te rozaban.

Continuación de mi anterior relato

“Verdes como el trigo verde, y el verde, verde limón.”

Paseé arriba y abajo por la calle frente al Hotel Paraíso sin decidirme a entrar. ¿Que estaba a punto de hacer?¿De verdad me creía que solo íbamos a hablar? ¿Que no me entregaría a él nada más que me lo pidiera?

Y si eso ocurría ¿Qué pasaría después?. De nuevo la vergüenza, el propio desprecio por mi debilidad. El convertirme en eso que tanto me asqueaba, un puto maricón de mierda.

Además si...

Verdes como el trigo verde, y el verde, verde limó

Aproveché para mirarle la entrepierna. Para mi sorpresa vi como el extremo del capullo le asomaba por la pernera del pantalón. Con el encontronazo debía de haberse roto la braguilla y su rabo campaba a sus anchas buscando el aire fresco.

Continuación de mi anterior relato

“Ojos verdes, verdes como la albahaca”

Pasaron los meses y al fin la familia de Juan se trasladó a España. Sus hijos comenzaron a estudiar en el mismo colegio que los míos, incluso los más pequeños coincidieron en la misma clase. Y la amistad se fue estrechando entre nuestras dos familias. De forma que no solo le veía durante la jornada laboral si no que además coincidíamos frecuentemente en los momentos de ocio. Era frecuente que nos visitásemos en nuestras vi...

Ojos verdes, verdes como la albahaca

Y me abrazó estrechamente. Una descarga eléctrica recorrió todo mi ser al sentir el calor de su cuerpo y el perfume que emanaba. Y sin poder remediarlo al percibir el roce de nuestros sexos algo se disparó allí abajo que no pude reprimir .

La primera vez que lo vi me impresionaron sus ojos.

Era un lunes de primavera y estaba ultimando toda la documentación del cierre del ejercicio para pasarlo al registro. Estaba tan enfrascado en el trabajo que no oí la puerta al abrirse y me sobresaltó una voz desconocida.

  • Buenas dias.

Alcé la vista de los papeles, ante mi mesa de despacho se encontraba un extraño. Le miré desconcertado ante tan inesperada visita y me pregunté porque mi secretaria le había permitido pasar sin previo avis...

Espíritu de equipo

Joder. ¿Que estaba pasando? Nunca me había ocurrido nada igual. ¡Me estaba empalmando recordando el cuerpo desnudo de un tío!. Y a mi nunca me habían ido ese tipo de relaciones. Me gustaban las mujeres aunque era un hombre cabal y nunca había engañado a mi esposa. Los hombres nunca me habían atraído. De hecho mi hija me tachaba de homofóbico cuando surgía alguna conversación sobre ese tema.

Tras recorrer la escarpada carretera de montaña al fin el taxi llegó a su destino. Ya anochecía cuando entré en el vetusto hotel. Tal como me esperaba era una mala imitación de un chalet alpino con profusión de trofeos de caza en sus paredes. Me dirigí a la recepción y toqué una bruñida campanilla. Tras unos instantes de una puerta salió un recepcionista que por su edad y su vestimenta posiblemente hubiese inaugurado el hotel.

  • Buenas noches Señor. Bienvenido.
  • Buenas noches vengo a la convención de...

Cierra los ojos

Cierra los ojos. Si estoy aquí a tu lado.Soy yo. ¿Sientes mi mano acariciando tu sexo? Veo como se abulta en tu pantalón. Crece con mi contacto. No. No abras los ojos. Escucha mis palabras.

Para Leonardo

Cierra los ojos. Si estoy aquí  a tu lado.Soy yo. ¿Sientes mi mano acariciando tu sexo? Veo como se abulta en tu pantalón. Crece con mi contacto.

No. No abras los ojos. Escucha mis palabras.

Te estoy abriendo la bragueta. Ahora mi mano se introduce por tu pantalón y al fin toco tu piel suave y cálida, temblorosa. Inhiesta.

Tu polla se endurece en mi mano mientras te masturbo. Tu humedad comienza a mojar mi piel.

¿Gozas? ¿Te lo hago bien? No, no me con...

Traición

Su cuerpo desnudo estaba empapado y su pelo chorreaba sobre su pecho. Se cubría con una pequeña toalla enrollada en la cintura. Me quedé mirándole de arriba a abajo en silencio.

Oculto en el portal de enfrente vi como salía de la casa. Llevaba un vestido rojo y se la veía radiante. Caminaba con paso decidido contoneando provocativamente las caderas. La seguí con la vista hasta que giró en la esquina de la calle.

El sol caía a plomo sobre el asfalto en aquel caluroso día de Agosto. Permanecí dubitativo en la oscuridad del fresco zaguán, mientras mi cabeza se debatía con mil sentimientos enfrentados. ¿Qué podía hacer? O mejor dicho ¿Que debía de hacer?

Al fin me decid...

Perdoneme Padre

No pude más que sonreír. Aquel mocetón de veintitantos años era la primera vez que confesaba algo relativo al Sexto. Y en aquel pueblo se pecaba mucho contra el Sexto Mandamiento. Bien lo sabía yo.

  • Ave María Purísima
  • Sin pecado concebida
  • ¿Cuánto tiempo hace que no te confiesas hijo?
  • Para un mes va ya- respondió el feligrés.
  • Ya te echaba en falta todo este tiempo. Me extraño una persona tan devota como tu. De confesión semanal cuando no diaria…Y bien.
  • Padre he pecado

Otra vez la misma historia. Salvador, el hijo del Alcalde, era un muchacho muy pio, un poco beatón diría yo. Pero los pecados confesados nunca pasaban de veniales y eso siendo muy estricto.

  • Bueno y cuales han sido e...