Pasión en la cárcel
Como hacía calor ambos estábamos sin camisa y así continuamos nuestra charla, hasta que yo le comenté que al parecer ambos éramos unos tíos que no habíamos tenido suerte con las mujeres. Ahí fue cuando el me respondió: Pues si no hemos tenido suerte con las mujeres, yo creo que lo mejor es que probemos con los hombres.
Pasión en la cárcel.
De ninguna manera, ni se te ocurra, esa vieja será tu madre, pero de ninguna manera, te repito, que se viene con nosotros de vacaciones; nos va a desgraciar este verano, le dije tajante a mi esposa.
Pero ella, erre que erre. Que si la pobre, que está muy sola desde que su esposo falleció el año pasado. (yo pienso que la culpable fue ella, pues lo tenía hasta los cojones). Esto se estaba convirtiendo en un verdadero problema de estado. Y de más está decirles que al final...