La ingenua Teresita

Jacobo es joven, apocado y ha crecido en un ambiente muy religioso. Cuando le anuncian que se casará con la ingenua Teresita, una chica cándida por fuera y explosiva por dentro, poco se imagina lo difícil que será que su inocente esposa cumpla aquellos votos matrimoniales de "prometo serle fiel..."

1. Bendita tú eres, entre todas las mujeres

Cuando la vi me quedé boquiabierto.

–Se llama Teresita –me dijo mi madre–. Y es la primera que sale del convento en años.

Eso último era superfluo. Estaba con mi madre en la puerta del convento de las Ursulinas Sufridoras de la Santa Llaga. No podía creer mi suerte por varias razones: porque hacía años que no la tenía y porque mi madre no había sido precisamente una fuente de parabienes en mi vida. Pero allí estaba. Era mediodía y Teresita br...

Lleva a tu hija al trabajo

La joven y atractiva Carol se ve obligada por su padre a participar en la jornada "Trae tu hija al trabajo". Es un acto inclusivo de la empresa para acercar a las jóvenes al mundo laboral. Pero su padre está tan ocupado y en un lío tal que la pobre Carol tendrá que sacrificarse para ayudar a papá.

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–Venga, Carol, que hoy es el día de “Lleva a tu hija al trabajo”.

Qué pesado es su padre. Son menos de las ocho y ya está dando la turra. Carol se acaba de lavar los dientes, se hace una coleta y sale a lo alto de la escalera del duplex adosado donde su padre vive en las afueras desde que se divorció.

–No sé ni por qué tenemos que ir. ¡Si no lo han hecho ningún año!

–Cosas de las grandes empresas, mi niña. Es mejor que no piensen que paso de ellos. Que tengo una carrera…

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El modo “fun” no funciona

Final del verano. La voluptuosa Azucena tiene un cuerpo de vértigo y un matrimonio sumido en la rutina. Pasa unos días en el chalet de sus padres, todo piscina, bikini y molicie. Pero el aire acondicionado se estropea y los manitas que acuden acaban más pendientes de sus curvas que de la avería.

Su madre golpeaba el mando acondicionado.

–El modo “fun” no funciona. Justino, tienes que llamar al técnico.

–Estamos a finales de agosto.

–No voy a pasar todo el verano con un aire sin potencia.

–Pero algo va, mujer.

–Esto no tira, Justino. ¡Tienes que hacer algo

–Ya llamo. Pero va a costar mucho que venga alguien hasta aquí en pleno verano.

Azucena contempló a sus padres. Siempre eran así. Su padre contemporizando, su madre atacada. Habían pasado los años y seguía...

Se aprovecharon de mi mujer gracias al coronavirus

Tras una larga cuarentena por el coronavirus, Bruno y su inocente y joven esposa Marina visitan un centro comercial con su hijo pequeño. Pero lo que iba a ser una feliz jornada de acaba convertida en otra cosa por culpa de un malévolo jefe de planta y su peculiar visión de la nueva normalidad.

Mi mujer salió de los grandes almacenes. Estaba preciosa, un vestido tipo lady, nuevo, gris, de vuelo, que se le ceñía perfecto y unos tacones de vértigo, color nude, estos ya lo llevaba antes de haberlos comprado.

–¿Es el vestido, Marina? Sí que te ha gustado, que te lo has llevado puesto.

–Al final me han hecho descuento. Me han dicho que estaba rebajado, aunque en la etiqueta no decía nada. Gracias por comprármelo.

Marina era preciosa. Más guapa si cabe después de haber sido madre. Nues...

Consultorio caliente al margen del oyente

Al consultorio sexual de una pequeña emisora de radio empiezan a llegar cartas de una chica que firma Capricornio y que explica cómo se esfuerza en ser fiel a su novio... sin conseguirlo. La inocente joven irá subiendo la temperatura en cada una de sus misivas. Ella pide ayuda pero nadie le contesta

Nunca me gustó la radio. Pero la vida no es cuestión de lo que te guste y allí estaba yo. Uno estudia psicología y tras años de paro y precariedad acaba trabajando en la emisora de su tío en Zuera. La empresa era propiedad de mi pariente pero estaba asociada una gran cadena nacional. Y allí me colocó mi tío en el programa de madrugada. A media hora de autovía en un lugar donde no había nada excepto una cárcel. Pero bueno, era un trabajo. En principio se trataba de dar asesoramiento psicológico a un par de d...

Nochevieja, tía buena

Renata se encamina a otra aburrida Nochevieja con la familia de esposo. Pero para su desgracia tiene un cuerpo para el pecado y todos los asistentes a la fiesta se la quieren beneficiar. El único inmune a sus encantos en su marido, tacaño pertinaz que siempre la pone en las peores situaciones.

Renata estaba haciendo balance camino de la cena de fin año. Es lo que se hace en esos momentos. Y lo que se preguntaba la pobre Renata cómo era posible que ella hubiera acabado así: en el asiento trasero de un coche atiborrado de regalos, camino de casa de su familia política y sin ganas de nada. O con ganas de algo que no podía… porque justo en ese momento, mientras Benigno estaba clavado en un atasco, ella tenía clavado, pero en su culo, la polla de su hijo, Gilberto. Gilberto tenía dieciséis años, un po...

Cambio hormonal

Deborah se ha quedado embarazada. A su marido, Benigno, le avisan los médicos que su nuevo estado implicará un cambio hormonal. Pero su mujer está demasiado buena para que dichas alteraciones se limiten a pedirle que le traiga fresas. Pronto queda claro que los antojos de Déborah serán de otro tipo.

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El doctor Jaime Cara se les quedó mirando un momento:

–En este trimestre a lo que tienen que estar atentos es a un cambio hormonal de Déborah.

–Benigno puede estar tranquilo. Me siento genial, doctor. Ni mareos, vómitos, ni nada. ¡De hecho, estoy como nunca!

Su marido, el Benigno antes mencionado, le echó un vistazo de reojo, sentado a su lado. Sí, se veía genial, Déborah. Sus treinta años, su cabellera rubia en media melena. Pero no era la misma con el embarazo. Se habían cogido e...

Mis vecinos no la saben meter

Lorena no sólo está buena, es la bomba sexual de su bloque de pisos. Ella, consciente de sus voluptuosos encantos, hace y deshace a espaldas de Alberto, su marido. Pero sus planes se alteran cuando su vecina le pide que se quede unos días con su hijo Crispín, un adolescente nada espabilado.

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“Nunca te cases con un buen bailarín”. Eso me decía mi abuela. Tenía que haberle hecho caso. Pero claro, yo era más lista, con más estudios. Yo sí que iba a saber hacerlo, yo iba a triunfar donde mis predecesoras se habían estrellado. Así que me casé con Alberto, bueno en la pista de baile y guapo a rabiar. Los guapos se atraen como los polos opuestos o las demandas judiciales. Y eso nos pasó a nosotros, tan bellos que era imposible pensar que no estábamos hechos el uno para el otro. Ni mi abuela hu...

Fuera de temporada

Dimas se siente atrapado en un mal momento de su matrimonio y decide aprovechar una oferta para regalar a su joven y sensual esposa Mabel unas vacaciones en Canarias aprovechando un descuento. Por circunstancias ajenas a la pareja saldrá a la luz lo mucho que Mabel puede dar. Y no sólo a su marido.

Miró la piel blanca de su mujer. Siempre le había encantado esa combinación de palidez con el pelo negro, con aquella media melena a lo Louise Brooks, lo que también llaman “corte Bob”. Pero no era como siempre. Ella bailaba balanceando sus caderas al borde de las piscina. Pero no sólo estaba él, Dimas. Había otros ocho tíos. Y ella no parecía cohibida. Un poco borracha sí, pero cohibida, para nada. Su cintura brillaba, tan untada de aceite. Como el resto de su cuerpo. Jaleada por aquella panda de salidos,...

Marián y Fortunata en la Vicaría

Fortunata se encuentra en la vicaría esperando que su marido, mayor que ella, rubrique el documento de matrimonio. Pero es una de esas bodas mediterráneas, caóticas. Los invitados han invadido la vicaría y tanto la novia como la casquivana dama de honor, Marián, son el foco de toda la atención.

Marián se inclina sobre mí y me mira. Lo sabía, demasiado escote para un vestido de novia. Se lo dije a Marián, pero no me hizo caso y no me hice caso. Y ahora en vez de una novia parezco un pastel de melones con nata, con toda la fruta en exposición. He oído cuchichear a Nicolina y con esa lengua de víbora le ha puesto un mote al bueno de Raimon, inclinado sobre el escritorio, firmando los papeles de la boda, como en su despacho de abogado tomándose su tiempo. El mote ha sido “Fortunato de silicona”. Será...