Un castigo imaginado

Es lo que hay.... por malo.

UN CASTIGO IMAGINADO

Había faltado a mi Señora, mi conducta impropia de un buen sumiso la había enojado, y sabía que tendría que recibir un castigo, un correctivo que me llevara a la buena senda de la sumisión. Lo que realmente me dolía era contrariarla, pero mi temperamento a veces impulsivo me llevaba a manifestarme de forma poco adecuada.

Aquella noche la encontré como todas las veces, sentada frente a su ordenador, envuelta en el halo de divinidad que le caracteriza, concentrada en la p...

El ladrón

Peripecias de un ladron sorprendido.

Bueno, el trabajo ya estaba hecho; mi mochila estaba repleta de alhajas y objetos de valor, el golpe había sido bueno, aunque me había costado varios días prepararlo, el sistema de seguridad, controlar cuando no había nadie en casa, las posibles vías de escape…. La oscuridad de la noche, sin luna, y el traje completamente negro y ceñido a mi cuerpo junto a la capucha que ocultaba mi rostro facilitarían cualquier movimiento clandestino que tuviese que efectuar, pero lo que no me esperaba era lo que aco...

Comida valenciana

Sus amigas son igual que ella.

LA COMIDA VALENCIANA

Debía haber pasado al menos una hora desde que mi Ama había salido en busca de sus amigas cuando oí la puerta abrirse, las conversaciones cruzadas de las chicas y el repiqueteo de algunos tacones en el suelo. Yo me encontraba a cuatro patas en el suelo, debajo de la mesa, totalmente desnudo a excepción de mi capucha y un collar cuya correa estaba sujeta a una de las sillas. Mi capucha solo tenia una abertura, a la altura de la boca y atado a mi pene tenía un cascabel, de man...

Natación

Chicas, agua, un sumiso...

NATACION

Desde mi departamento me habían mandado un trabajo especial; dedicado a los deportes acuáticos, me habían encomendado la tarea de estar un fin de semana intensivo de entrenamiento con un equipo nacional de natación sincronizada para preparar un importante campeonato internacional, ya que el entrenador oficial había tenido un percance. No podía ser tan malo, estar encerrado y sin posibilidad de comunicación externa con tres chiquillas en una casa con piscina durante dos días, así que con...

Derretirse

El poder de las velas.

DERRETIRSE

Avancé despacito, apoyando con precisión mis rodillas en el centro de las baldosas de la cocina, en dirección al salón; allí el tacto era distinto, el parqué era más cálido y reconfortante, e incluso las palmas de mis manos lo agradecían también. Con la mirada fija en el suelo fui avanzando por la estancia hasta llegar a mi destino, el sofá preferido por mi Ama. Allí me recosté en el suelo como un perrito, en espera de la llegada de su Diosa.

El repiqueteo de sus tacones en el pa...

LAU

Perversidad femenina.

LAU

Aquella tarde Lau llegó a casa de Leire, su Dueña, después del trabajo; iba impecablemente vestida con su traje chaqueta negro, su blusa blanca, sus medias finas y sus zapatos de tacón moderado. Sus preciosa nariz aguantaba una costosa montura de cristales especiales para su reducida miopía y su melena morena estaba recogida en un ordenado moño. En un hombro colgaba un bolso de Pierre Cardin y en su otra mano llevaba el maletín con su ordenador portátil.

Leire la había convocado allí, a...

El barco

En todos lados se puede ser sometido.

EL BARCO

Aquel fin de semana mi Ama me había alquilado a una pareja; eran unos amigos suyos, amantes de la navegación y no habiendo mucho mercado de sumisos navegantes, tenía todas las papeletas para servirles durante toda aquella semana de agosto. Además mi Ama tenía sus planes, ya que un amante suyo iba a pasar el fin de semana con ella, y de esa manera ella se desembarazaba de mí.

Cuando llegué el viernes a la estación de tren de Alicante, José me estaba esperando, me dio la bienvenida...

No llego

Poder mental.

"No llego, no llegó", pensaba para mis adentros mientras corría hacia el aseo; tras probar suerte con dos aseos de mi planta en oficinas, sin obtener un solo sanitario vacío, corrí hacia los aseos públicos que había en el entresuelo. También estaban cerrados los dos que había, toqué la puerta con insistencia, pero tras conseguir abrir una de las puertas comprobé que estaba fuera de servicio. Llamé con los nudillos a la otra puerta y tras unos momentos de no obtener respuesta, comencé a blasfemar. Cuan...

La moto

Esta juventud...

¡Pero que culo tenía esa niña!. Yo iba en mi coche, despacito, tranquilo, de paseo, cuando de repente, por el retrovisor observé como una rubita montada en un scooter se acercaba a mi coche bastante deprisa; reconozco que estuve un tanto capullo, pues algo perverso e infantil se apoderó de mi mente y es que cuando trataba de adelantarme yo aceleraba, le cerraba el paso, aunque no de una manera brusca, sino que jugaba con ella. Pude notar que se estaba impacientando, me levantaba el dedito en signo de...

Caperucita feroz

Un clásico dónde los haya...

Caperucita se le levantó de la cama más tarde que de costumbre, tras haberle dicho a su madre que no iría al colegio pues se encontraba mal, y que si se mejoraba, al final de la mañana acudiría a ver a su abuelita al bosque y le llevaría algunas cositas. La madre asintió complacida y dejó a la niña sola en casa, metidita en la cama.

Pero Caperucita tenía otros, planes, estaba muy cachonda aquella mañana y quería vivir alguna experiencia que le saciara su picor en la entrepierna; se entretuvo alg...