Secreto de confesión

¿Fetichismo, gays, transexuales... o incluso confesiones? Estamos en las mismas, otro relato que no sé donde encuadrar.

- Ave María Purísima - dije, y el agitado latir de mi corazón me impidió escuchar la respuesta del otro lado de la celosía.

Mientras mi cabeza trataba de poner en orden aquellos sentimientos inconfesables, en mi cerebro aun resonaba el eco de mis pequeños tacones caminando decididos sobre el mármol bicolor que pavimentaba aquella pequeña parroquia de barrio. La seguridad que me había empujado a salir de casa y llegar hasta la iglesia, había desaparecido de golpe. Me miré, arrodillada en el confes...

Después de tantos años

Aquella noche, como tantas otras, comenzó buscando en la barra del bar un rostro conocido, o acaso un desafío que conquistar. Al apartarse un grupo de personas que se arremolinaban creí distinguir a alguien...

Aquella noche, como tantas otras, comenzó buscando en la barra del bar un rostro conocido, o acaso un desafío que conquistar. Al apartarse un grupo de personas que se arremolinaban creí distinguir a alguien. Me aislé de las conversaciones del grupo de amigos que me acompañaban para fijar mi mirada en aquel punto. Al cabo de unos minutos pensaba estar seguro: Clara. Habían pasado los años, demasiados diría yo, pero parecía ella, una antigua compañera de trabajo de mi madre, uno de los mitos sexuales de mi ju...

El Infierno

Tal vez aún se preguntase qué diablos hacía allí, donde la oscuridad se recoge en una habitación, rodeado de criaturas extrañas, sombras iluminadas, cual fogonazos, por destellos rojizos. Seguramente fue incapaz de resistir la tentación de empujar las pesadas puertas de “El Infierno”.

Tal vez aún se preguntase qué diablos hacía allí, donde la oscuridad se recoge en una habitación, rodeado de criaturas extrañas, sombras iluminadas, cual fogonazos, por destellos rojizos. Seguramente fue incapaz de resistir la tentación de empujar las pesadas puertas de “El Infierno”.

Vestidos cortos y tacones de vértigo, pelucas, mucho maquillaje, silicona que nunca falta y carne que en ocasiones sobra. Las habituales de “El Infierno” tenemos nuestras armas, suelen ser similares, lo que cambia es la...

Tormenta de verano

Cuando una tormenta de verano me obligó a tener que quedarme a dormir en casa de mi amigo no imaginaba que acabaría compartiendo confidencias y mucho más con su madre.

El verano de mis dieciocho años pasé más tiempo en casa de mi amigo Pedro que en la mía propia. Nos conocíamos desde el parvulario, habíamos crecido juntos, compartiendo juegos y aprendizajes, siempre habíamos sido íntimos, hasta finalizar el instituto. Pero se anunciaba septiembre y la universidad amenazaba con separar nuestros caminos. Por eso aprovechábamos el tiempo juntos, perdiéndolo de cualquier manera, haciendo deporte, jugando a la videoconsola, charlando de ligues… No voy a decir que su familia er...

La batalla del relato

¿En qué pueden emplear cinco horas de sus vidas políticos españoles? A mí se me ha ocurrido esto, reír por no llorar

Apenas hace cinco minutos que se han cerrado las puertas y ya no tienen nada que decirse. Mientras los fotógrafos les acribillaban con sus flashes parecía que la conversación podía dar resultados, o al menos así lo esperaban algunos, pero una vez el tema del tiempo agotado y las puertas cerradas, cuando se han quedado solos en aquella sala de juntas, el mantener las formas ha desaparecido y se ha impuesto el silencio. De un lado de la mesa Ione y Pablo, del otro Carmen, Adriana y María Jesús; entre ellos un...

Lobo feroz

"No me importa esperar, seguir una estrategia, acechar, confundir a la presa, como un lobo. Aunque ella ya no tenga la edad de Caperucita. Estos ojos y esta boca tan grandes, estas manos enormes y este rabo gordo son para hacerlo todo mucho mejor".

No eres más que una zorra calientapollas - le tenía que haber dicho, pero no, le he deseado buenas noches y me he despedido hasta mañana. Llevo el suficiente tiempo en las redes sociales para saber cómo funcionan, y sé que prima la paciencia. No me importa esperar, seguir una estrategia, acechar, confundir a la presa, como un lobo. Aunque ella ya no tenga la edad de Caperucita. Estos ojos y esta boca tan grandes, estas manos enormes y este rabo gordo son para hacerlo todo mucho mejor. Y no importa que l...

Independizarse

Imaginaba que vivir solo le permitiría llevar una vida sexual más activa; lo que no podía sospechar es que ocupándose de las cargas de la casa conocería a su compañera de juegos sexuales.

Pensaba yo que independizarse, irse a vivir solo, permitiría llevar una vida sexual más amplia, menos controlada, sin tener que dar explicaciones sobre quién es la chica que te acompaña, o porqué no es la misma que la semana anterior. El hecho de vivir en solitario también conllevaba otras obligaciones tales como hacer la compra, la comida o la colada, cargas ínfimas si se comparan con la posibilidad de practicar un folleteo sin restricciones. Lo que no podía ni sospechar era que cumpliendo con estas obliga...

El amante

¿Yo con un amante? Nunca lo hubiese dicho, y en cambio hace dos meses que Héctor entró por primera vez en mi cuerpo.

Ummm, me encantas - dijo en mi oído, y yo me olvidé de todo. De las prisas, del miedo, de los remordimientos, de mi marido y hasta de mí. Cerré los ojos suavemente sabiendo que cuando él entrara impetuoso en mí, no iba a tener más remedio que abrirlos completa y sobresaltadamente.

¿Yo con un amante? Nunca lo hubiese dicho, y en cambio hace dos meses que Héctor entró por primera vez en mi cuerpo. En mi vida había entrado antes, cuando contraté a la cuadrilla de albañiles de la que él formaba parte...

Me toca los cojones

Cuando la noche no ofrece más distracciones, la jovencita a la que llevas a casa acaba convirtiéndose en la protagonista de una fantasía muy real.

Me toca los cojones tener que dejar de hacerlo de manera literal, coger el coche a estas horas de la noche y cruzar media ciudad para devolver a su casa a Bea, la amiga de mi hijastra. Pero las madres han quedado en eso, así que a mi no me queda más remedio que resignarme, levantar el culo del sofá y bajar al garaje.

Hace ya más de cinco minutos que le he hecho una llamada perdida a Sandra, pero su amiga sigue sin aparecer por el portal. Dejo el coche en doble fila; espero y me fumo un cigarro. Vuelvo...

En mi mente

Es mi mente. Mi mente enferma. La que no necesita más que un detalle, una palabra, un gesto, para convertir la más anodina de las situaciones en algo excitante, erótico, sexual...

- Es mi mente. Mi mente enferma. La que no necesita más que un detalle, una palabra, un gesto, para convertir la más anodina de las situaciones en algo excitante, erótico, sexual. A veces ni eso. Por ejemplo, el otro día. Estaba en el súper haciendo la compra, cuando al llegar a la caja tenía delante una chica vestida como esos personajes de cómic japonés, ya sabe, como un dibujo animado, tienen un nombre, pero ahora no caigo… -

- Cosplay - interrumpió la voz que se escondía a mi espalda en...