Por una habitación -6-

Para todo hay una primera vez.

Regresaban al piso después de haber ido a casa de los padres de Esther. La chica había pasado el trayecto de ida relativamente bien, nerviosa, pero manteniendo la calma; sin embargo el camino de vuelta había sido más difícil para ella. Jen conducía en silencio, torciendo ya hacia las callejuelas que llevaban al núcleo urbano donde estaba el piso, sin saber muy bien qué decir o si era preferible no decir nada.

Esther había palidecido tras pasar por casa de sus padres, y en aquel momento miraba por la...

Por una habitación -5-

Quién tiene el control.

Jen se aproximó un poco más y le besó la mejilla.

—Me moría de ganas de que fueras mía—murmuró en su oído antes de separarse de ella.

Esther sonrió y bajó los ojos.

—Bueno—cortó Inti secamente—¿Entonces estás segura?

Ella se volvió para mirarle y asintió.

—Sí, Amo. Estoy segura.

—Estupendo. Quítate las bragas y dámelas.

Esther vaciló unos segundos.

—Vamos, perra—la apremió Inti—no tengo todo el día.

Despacio, Esther colocó las manos en...

Por una habitación-4-

Contrato

Esther se despertó tarde al día siguiente. Se incorporó al sentir la luz del sol a través de las ranuras de la persiana y buscó un reloj sobre la mesilla, pero no lo encontró. Le dolía todo el cuerpo. Cerró con fuerza los ojos y los volvió a abrir, tomando conciencia poco a poco de donde estaba. Aturdida, sintió como todos los recuerdos de la noche anterior se volcaban en su cerebro, de golpe. Se le erizó el pelo de la nuca al revivir todo lo acontecido, y al pensar en lo que la había llevado allí, a aquell...

Por una habitación-3-

Rescatando a la perra.

Cuando abandonó el piso de aquellos chicos, presa de un ataque de rabia, comenzaba a llover. El cielo parecía haber estallado por fin sobre la calle oscura, sucia, lanzando contra la acera goterones como piedras sin ninguna piedad.

Esther salió escopetada del portal y comenzó a caminar rápidamente hacia ninguna parte; el hecho era que no tenía adónde ir. Juró y perjuró, blasfemó e insultó a medio mundo dentro de su mente, mientras su gabardina beige se le pegaba al cuerpo y el pelo le caía a chorreton...

Por una habitación-2

Segunda entrevista.

Dos días después, de nuevo a las diez de la noche, Esther pulsaba vacilante el botón correspondiente al piso de los chicos en el portero automático. Le había sorprendido muchísimo la llamada de Inti el día anterior, ya que tras la entrevista la última vez que se vieron había dado por perdida toda posibilidad.

Lo cierto era que no estaba acostumbrada a encontrarse con personas “inmunes” a su manipulación; por eso le había puesto, mentalmente, una serie de apelativos a aquel chico que había tenido el...

Por una habitación

¿qué estarías dispuesta a hacer para pagar el alquiler?

Aquella chica contaría veintitantos años, o eso era lo que a primera vista traducían sus rasgos aniñados y su piel de terciopelo rosa. Inquieta, revolviéndose discretamente sobre el asiento, parecía que las mejillas le temblaran bajo las negras y larguísimas pestañas como alas de mariposa.

A Inti le bastó un único vistazo para catalogarla de niña de papá, y automáticamente intuyó que aquel ejemplar que tenía ante sí pertenecía a la llamada por algunos “generación ni-ni” -ni estudia (ni estudió), ni...

Enjaulado

¿Crees que no puedo bajarte las bragas desde aquí? Dalo por hecho que puedo.

Perra, me tienes famélico y muerto de hambre. Al principio sólo era una sensación molesta pero ya llego al dolor de huevos mental. Llevo varios días al límite, enjaulado por voluntad propia. Hoy me las vas a pagar.

No sé qué prefiero, perra ignominiosa, si que te mees encima cuando me veas entrar por la puerta con la fusta en la mano o que te mojes de golpe como zorra que eres. Riéte, perra del infierno, ahora que todavía puedes. ¿Crees que no puedo bajarte las bragas desde aquí? Dalo por hecho que pu...