(), Parte 2
Presa de la desesperación, Victoria trata de negociar con su misterioso controlador y este le ofrece un último juego para ganar su libertad.
Victoria corrió a la computadora y comenzó a teclear:
Tú:
Maldito hijo de puta, ¡déjame ponerme mi ropa y déjame en paz!
Extraño:
¿Con esa boquita besas a tu mamá? Voy a arreglar eso (de ahora en adelante, cuando quieras insultarme vas a escribir lo contrario a lo que quieres decir)
La furia de Victoria sólo iba en aumento, por lo que sus dedos volaron sobre el teclado.
Tú:
¡Esto no es gracioso papito chulo!
Victoria levantó la mirada hacia la pantalla en espe...