Confesión
El sacerdote se levantó y cruzó la sala para sentarse al lado de la pequeña, se acomodó justo al lado de ella y posó una de sus manos sobre la blanca rodilla de la niña, ella al instante y por instinto cerró un poco la delicada abertura de sus rodillas y se puso un poco nerviosa, el padre continuó.
Confesión
Confieso, padre que he pecado.
¿Qué ha pasado hija? contestó el padre con voz paternal.
He contestado mal a mi madre y robe un dinero que ella necesitaba.
¡Mmm! Has actuado mal hija... creo que mereces una penitencia.
¡Sí, padre! He actuado mal... dígame cual es la penitencia.
Reza diez Padres Nuestros y diez Ave Maria...
La pequeña se puso de pie y se encaminó hasta el altar en donde comenzó a rezar, el Padre salió del confesionario y se se...