Sabías que tu amigo me excitaba (VI y final)

Esta ha sido la historia de mi caída. O de mi ascensión.

Esta ha sido la historia de mi caída. O de mi ascensión.

Comencé cayendo prendada del sexo con un amigo de mi novio

http://todorelatos.com/relato/109732/

… aunque después os disfruté a ambos

http://todorelatos.com/relato/109832/ .

Desorientada, sin saber qué hacer, opté por seguir disfrutando sin pensar, ceder al placer, y planear seguir aumentando el grado de entrega

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Sabías que tu amigo me excitaba (V)

La chica que provocó mi orgasmo en el bar, entre mis dos amantes, se convierte en una obsesión. Pronto se envuelve en un misterio que desvelaremos a costa de subir aún más la apuesta, a cambio de todo el placer que se puede obtener en sus manos.

Alrededor todo eran caras extrañas. Sólo mis dos amantes, mi novio y su amigo, entre una multitud ajena a mi. Muchas chicas, y nada que vincular con mi orgasmo. Sólo su voz llamándome

preciosa

. Sólo el tacto de sus manos en mi culo. Sus besos en la espalda.

Mis rodillas todavía temblaban por el orgasmo. Me encontraba excitada y perdida.

Me dijiste que no sabías quién era. Símplemente os pidió el mando a distancia del vibrador. Quizá os vio jugar con él cuando me acerqué al camarero...

Sabías que tu amigo me excitaba (IV)

En una noche dedicada al deseo, tras haber disfrutado de la infidelidad y de sus sexos, descubriré el placer de sentirme observada y a merced de extraños

Nada más entrar en el sex shop me sentí observada. Me gustó. No había mucha gente, apenas tres o cuatro hombres, mayores. Noté que me seguían disimuladamente con su mirada, desnudándome, envidiando a mis acompañantes. Sus ojos recorrieron mis piernas, mi vestido, el encaje del sujetador que se dejaba entrever en mi escote... Les dejé recrearse en los movimientos de mi cintura y de mi culo. Los exageraba, provocándolos. Casi podía oir la banda sonora acompañando mis caderas, como en una película. Primer plan...

Sabías que tu amigo me excitaba (III)

La tarde más sexual de mi vida iba a dar a su fin, y tenía que pensar en mi siguiente paso, con mi novio y su amigo esperándome desnudos en nuestra cama. ¿Qué quiero hacer? ¿Qué debo hacer? ¿Hasta dónde queremos llegar?

Doce horas antes estaba en esta misma ducha, aburrida. Aburrida hasta el punto de acabar fantaseando y masturbándome para pasar el rato. Recordándote a ti pero fantaseando con tu amigo. Doce horas antes este coño sólo goteaba el agua de la ducha, mezclado con el pelo que recortaba de mi pubis. Ahora, gotea vuestro semen. El tuyo se derrama desde mi pecho. El suyo cae desde mi coño y fluye por mis piernas hasta el plato, donde se mezclan hasta el desagüe.

Me gusta.

Durante años hemos tenido s...

Eres un hijo de puta

Nuestras vidas se cruzan una y otra vez, y sé que eres un hijo de puta

Eres un hijo de puta, seguro. No hay más que verte. Suelo cruzarme contigo cuando llegas al gimnasio. Creo que sales de trabajar de tu consultoría a la misma hora en la que yo salgo de mi triste oficina. Veo tu innecesariamente cara moto entrar zumbando por la calle, innecesariamente rápido, innecesariamente ruidosa. Te bajas con sumo cuidado para no manchar tu traje negro, pero al entrar en el gimnasio ni te giras cuando golpeas con tu casco o con tu bolsa de deporte Armani a algún chaval que espera en la...

Sabías que tu amigo me excitaba (II)

En la primera parte conté cómo de placentera estaba resultando la sobremesa con el amigo de mi novio. En esta, os cuento los antecedentes de ese día, y lo que ocurrió después. ¿Continuará?

Continua desde http://todorelatos.com/relato/109732/

Aquella mañana me había despertado sola. Ya te habías ido a trabajar, y no volverías hasta la hora de cenar. No tenía nada que hacer. Ni siquiera preparar la comida, porque tu amigo había prometido hacerla.

Tu amigo.

Tras desayunar me fui a la ducha. La verdad es que estaba aburrida. Faltaban varias horas hasta que tu amigo llegase.

Tu amigo.

La noche anterior no habíamos follado. Realmente no habíamos follado en t...

Sabías que tu amigo me excitaba

Tu amigo vino a casa a comer conmigo y hacerme compañía un día que tú no estarías. *** Si os gusta, habrá continuación

Cocinó para mi. Como te indicó aquel día que dijiste que no vendrías a comer, vino a hacerme compañía, y no me dejó hacer nada. Me sentó en la cocina, encendió el fuego, y empezó a preparar un fantástico solomillo. Lucía imponente. Si no hubiese sido tu novia y él tu amigo creo que me lo habría follado en el mismo momento en que se remangó y comenzó a trocear la verdura. La partió como un gran cocinero, concentrado, rápido, fuerte, preciso.

Mientras, yo iba bebiendo del vino que había traído, y pens...

Di un nombre

Muy explícito relato de una muy tórrida fantasía que no puede ser cumplida dentro de una pareja

Encendimos el tocadiscos y bailamos. Nos mecíamos sin desplazarnos, nuestros cuerpos acariciándose tibiamente. Desde la mesa, dos velas iluminaban la escena, junto a tres copas.

En las cortinas se proyectó tu figura rodeándome con tus brazos por el cuello, besándome por primera vez desde que comenzó la música, a modo de señal acordada. Tu lengua se deslizó entre mis labios. “Adelante”, me susurraste, casi con un gemido.

Él dio un trago más a su copa. Me besaste el cuello mientras lancé la pr...

101 Preguntas

Una pareja juega a hacer 100 preguntas de fantasías sexuales, apostando cumplir alguna si se atreven. Historia contada en dos líneas temporales.

Ojo, historia contada en dos líneas temporales, diferenciando en cursiva. ¡Que la disfrutéis!


Eran las cinco y estábamos borrachos, cerrando la discoteca. Tus amigas recogían sus abrigos mientras tú seguías hablando animosa con Daniel, que no había logrado su objetivo de volver acompañado a casa. Sorprendentemente no estábamos demasiado cansados y seguíamos con ganas de continuar la fiesta.

*Te mandé un correo diciendo “imprime esto”. Era un juego erótico de preguntas. “Nos lo pasare...

Regalo de cumpleaños (I)

Insististe tanto que no te pude decir que no un año más. Al abrir el sobre de tu regalo diste un salto de alegría y te tiraste sobre mi. Me quitaste la ropa con violencia y me follaste en el sofá, mientras los billetes de avión a Nueva York nos miraban desde la mesa.

Insististe tanto que no te pude decir que no un año más. Al abrir el sobre de tu regalo diste un salto de alegría y te tiraste sobre mi. Me quitaste la ropa con violencia y me follaste en el sofá, mientras los billetes de avión a Nueva York nos miraban desde la mesa. Cuando fuiste al baño a ducharte para quitarte el semen de la cara pensé que sería una buena idea por fin saciar tus fantasías.

Ocho años de fiel relación son demasiados para tu inagotable líbido. Recuerdo la primera vez que me hiciste ve...