Sí, pero con mis condiciones

Mi marido llevaba un tiempo proponiendo que hiciésemos alguna locura. Desde que tuvimos a nuestra hija nuestra vida sexual es aburrida, y decía que necesitaba más. Insistía día tras día. Una noche, con ella acostada, ya desnudos en la cama y su polla creciendo despacio en mi mano, puso una porno.

Mi marido llevaba un tiempo proponiendo que hiciésemos alguna locura. Desde que tuvimos a nuestra hija nuestra vida sexual es aburrida, y decía que necesitaba más. Insistía día tras día. Una noche, con ella acostada, ya desnudos en la cama y su polla creciendo despacio en mi mano, puso una película porno. Comenzaba con una pareja en una cama, pero al minuto invitaban a otra pareja a sumarse a ellos. Según se suben al colchón, se intercambian para liarse. Su mano fue a mi coño. Él ya estaba duro.

  • ¿Te...

Regalo por regalo olvidado

No podía creer que se me hubiese vuelto a pasar. Llevaba una temporada muy agobiado por el trabajo y me había despistado. Últimamente la tenía un poco de lado, no me daba la vida para todo. Lo sé.

“No me jodas, Antonio”, fue lo primero que me dijo mi mujer al irnos a la cama. “¿En serio?”. Yo la miré desconcertado, con mi libro en las manos y sin saber qué decir. Ante mi cara de sorpresa, se levantó, fue al armario, sacó una percha y me la tiró. “Feliz aniversario”, me dijo, antes de salir del dormitorio llorando. Sobre la cama, el paquete, deshecho, dejaba entrever un traje nuevo.

Fui corriendo detrás de ella. Se había encerrado en el baño. A través de la puerta la oía llorar. No podía creer...

Fin de Fiesta (I)

Llevábamos todo el día bebiendo. Literalmente. Reventados y borrachos, acabamos los tres en casa: mi mujer, mi amigo y yo.

Llevábamos todo el día bebiendo. Literalmente. Reventados y borrachos, acabamos los tres en casa: mi mujer, mi amigo y yo. Nos conocemos desde la época de la universidad y nuestro grupo se ha mantenido unido, no es raro que las noches terminasen así, con él quedándose a dormirla en el sofá.

Esa noche ella llevaba una blusa negra con un generoso escote, y minifalda. En el ascensor él bromeó sobre cómo le estaba viendo todo, desde aquella posición, tan cerca y que, joder, no está hecho de piedra. Ella...

Más masaje sin límites

Yo también di un nombre falso. “Olga”, dije tras llamar al timbre.

Yo también di un nombre falso. “Olga”, dije tras llamar al timbre.

Subí las escaleras, y la madame me saludó con dos besos. Sonreí y extendí el sobre. Como habíamos acordado, me sirvió una copa pero me llevó directamente a la habitación privada. No quería tener que esperar en la barra y tener que explicar a los clientes que yo también lo era.

Dejé mi ropa a un lado y me metí en la piscina con mi minúsculo bikini. Recordé la primera visita, contigo, esperando a nuestros masajistas.

Me...

Masaje sin límites (ella)

Llevabas años fantaseando con ello. Lo sabía. Me lo habías dicho decenas de veces. Mientras hacíamos el amor, cuando nos emborrachábamos… Pero también sobrios, con la cabeza fría y nuestros sexos calientes y húmedos… Te encantaba imaginarlo.

Primera parte: http://todorelatos.com/relato/135982/

Segunda parte: http://todorelatos.com/relato/136082/

Llevabas años fantaseando con ello. Lo sabía. Me lo habías dicho decenas de veces. Mientras hacíamos el amor, cuando nos emborrachábamos… Pero también sobrios, con la cabeza fría y nuestros sexos calientes y húmedos… Te encantaba imaginarlo. Constantemente me pedías que te comiese mientras me follaba con el consolador, y me decías que cómo era sentir dos pollas para mi.

La fantas...

Masaje sin límites (II)

Su piel se erizó cuando apoyó dos dedos sobre su clítoris. Abrió los ojos para mirarle. Él esperaba su aprobación. Ella asintió, mordiéndose el labio.

Continuación de http://todorelatos.com/relato/135982/

Nos secamos con unas toallas antes de tumbarnos.

Ella comenzó con sus manos en mis gemelos. Después, mis glúteos. Después, mi espalda, mi cuello. El cuerpo de mi masajista, cubierta de aceite, fue lo siguiente. Acariciado por su vientre, su perfecto trasero, su pecho… Durante veinte minutos pretendió trasladarme a un mundo de tranquilidad y erotismo.

Pero realmente no era a mi masajista a la que prestaba atención.

Él había...

Masaje sin límites (I)

Era ligeramente temprano sobre la hora acordada en la mancebía. No pude contener un ligero temblor en la voz al llamar al timbre y dar mi nombre falso.

Era ligeramente temprano sobre la hora acordada en la mancebía. No pude contener un ligero temblor en la voz al llamar al timbre y dar mi nombre falso. Un gigantesco segurata abrió la puerta.

Nadie diría que tras ese sobrio portal aparecería un chalet de lujo. Una mansión. Unos cuantos hombres negociaban acuerdos. Algunas mujeres miraban sus móviles, aburridas.

Al final de las escaleras del muy conseguido jardín artificial, la madame esperaba. Se presentó y saludó amablemente. “Es algo pront...

Más contenta (III)

En cuanto me hube recuperado de mi orgasmo y las manos comenzaron a responder (lee http://todorelatos.com/relato/121842/ para saber de lo que hablo) envié el vídeo a “mi” Carlos. Yo también quería probar algo así. Dos pollas para mi. No, no lo quería. Lo necesitaba.

En cuanto me hube recuperado de mi orgasmo y las manos comenzaron a responder (lee

http://todorelatos.com/relato/121842/

para saber de lo que hablo) envié el vídeo a “mi” Carlos. Yo también quería probar algo así. Dos pollas para mi. No, no lo quería. Lo necesitaba.

Pasé el día siguiente ansiosa, esperando recibir la respuesta. Creo que hasta mis hijos me notaron nerviosa, constantemente mirando al móvil, cosa que no acostumbro hacer. Cuando...

Más contenta (II)

Tengo que confesar que me volví una adicta. Aquel día en que mis bragas acabaron en el suelo algo se estableció dentro de mi y cambié para siempre.

Tengo que confesar que me volví una adicta. Aquel día en que mis bragas acabaron en el suelo (ver primera parte, http://todorelatos.com/relato/121462/) algo se estableció dentro de mi y cambié para siempre.

Y no me refiero a la polla de mi puto. La disfruté, claro -joder si la disfruté-, pero los días siguientes, en cuanto tenía ocasión, espiaba el Telegram -que así se llamaba el chat que usaba- de mi hija, en busca de nuevas conversaciones con Carlos. Una polla, una buena polla bien usada siempre e...

Más contenta (I)

Una vida anodina. Una pillada a su hija. Vino y sexo.

Viernes quince de abril. Un compañero se jubila hoy. Cuarenta años de servicio público, cuarenta años de funcionario y, por fin, tras su larga y anodina carrera, hoy es su último día. Y yo, la responsable de comprar su regalo, se lo ha olvidado en casa.

11:30, pausa del café. Me excuso diciendo que tengo que ir a comprar -como si hiciese falta una excusa-, cojo el coche y me voy a casa. Al abrir la puerta oigo algo. ¿Gemidos? Joder, creo que voy a pillar a mi hijo con una película porno. Cierro con cu...