Vieja Culiá (2: la invitación)
se comienza a gestar dentro de Julia un deseo que llevaba años sin sentir y con ello serán plantadas las semillas de lo que más adelante irá a ocurrir.
Vc2
La tibia saliva descendía por la mejilla derecha de la cara de Julia, bajando por su barbilla hasta su cuello mientras Ricardo, sin correr, pero apurando el paso, cruzaba el barro devuelta a la muralla por donde había descendido al entrar. Si se hubiese dado vuelta a mirar atrás, habría visto a Julia asomándose con su saliva en la cara, con cara anhelante. Y quizás ambos se hubiesen ahorrado complicaciones.
Hubo un tiempo en el que a Julia Martínez todo le había resultado fácil: termin...