La Reputación de Macarena II

Un nuevo inicio. En un pueblo tranquilo, en un colegio extraño. Una entrevista al borde de una violación. La historia de los sacrificios de Macarena por su hijo y el inicio de un camino a una nueva consciencia de su propio ser.

II

No llevaban mucho tiempo en el barrio. Uno de clase media aspiracional. Bien mantenido, queriendo ser más.

Macarena, como no había sucedido en su vida, se sentía una mujer respetada por sus vecinos, a pesar de ser la única madre “soltera” del pasaje. Con reputación de trabajadora, desde que llegó había tenido un puñado de empleos esporádicos que, sumado a lo que su marido le había dejado, le permitieron ir tirando con cierta comodidad en los primeros meses.

Tenía a su hijo, Albertito,...

La Reputación de Macarena I

Relato por capítulos. La historia de una mujer con una vida difícil y sus ganas de salir adelante por su hijo y dejar atrás su pasado. Una historia violenta, a veces cruda o misógina.

Macarena, a sus 45 años, tenía un reputación intachable en su barrio… Seria y respetable.

Tenía la reputación de “la cenicero”, entre las apoderadas del colegio.

Tenía la reputación de “la tetona”, entre los compañeros de su hijo.

Tenía la reputación de “trombón oxidado”, entre profesores del colegio.

Cada reputación se la había ganado con esfuerzo.

I

Había llegado al pueblo hace menos que un año. Porteña de toda su vida, primera vez que vivía lejos del mar, de su familia...

En la micro

Relato breve basado en una experiencia reciente. El resultado de un sistema de transporte público colapsado y las calenturas de algunos de sus pasajeros en la mañana.

No soy un manoseador.

Es más, evito el metro y micros en horas puntas para no ir pegado a la gente.

Pero los días martes, me es imposible viajar en otra hora en la mañana, más que cuando el paradero de la micro está repleto.

El martes pasado, estaba en medio de un gran grupo de personas que se había formado esperando un bus que no pasaba hace varios minutos. Cuando éste llegó, me vi arrastrado por la masa que a empujones me dejó atrás, frente a la última línea de asientos, tomado con una m...

Memoria anal

Armé este relato, a partir de mis recuerdos y mis reflexiones (precedentes y posteriores), en honor de mi primera experiencia de sexo anal. No importa tanto la historia, sino las acciones. Gocé escribirlo y refrescar mi cabeza con las sensaciones que el sexo anal puede proporcionar.

Armé este relato, a partir de mis recuerdos y mis reflexiones (precedentes y posteriores), en honor de mi primera experiencia de sexo anal. No importa tanto la historia, sino las acciones.

Gocé escribirlo y refrescar mi cabeza con las sensaciones que el sexo anal puede proporcionar.

Espero que lo gocen como yo.


Alinieé mi cuerpo sobre su espalda, apoyándome con una mano sobre su hombro izquierdo, para apuntar bien mi verga en la entrada de su culo. La presionaba con fuerza...

Vieja Culiá (5: error)

Lo que había empezado bien días atrás, podría torcerse sin saber cómo.

Primero, quiero disculparme por tener pausadas tanto tiempo mis series. No es que no sepa cómo continuarlas (lo tengo a grandes rasgos en mi cabeza, hasta sus finales), sino que ha sido inconstancia y falta de tiempo. No puedo asegurar que ahora las continúe de manera más frecuente, pero les aseguro que no las he olvidado. Es más, tengo "en carpeta" otro relato (más corto) sobre una jovencita que disfruta ser dominada por un librero

Hasta entonces, paciencia y gracias por leer. Sus comentarios y...

Club de socios (5: el fin de la fiesta)

Final del arco introductorio. En el que acaba una fiesta y comienzan las interrogantes. El regalo es usado y mal tratado.

La saliva seca, si es espesa, se vuelve tirante sobre la piel, se puede sentir en casi cada movimiento o presión que se ejerce como una capa tirante. Además que se huele el aliento de quién la produjo, que la acompaña mientras dure… aún seca.

Sara lo sentía en la cara, como lo había sentido en el auto mientras conducía con las manos firmes agarrando el manubrio y su pie tenso, sin soltar el acelerador. Lo sintió al bajarse del auto y caminar hasta la casa. Y lo sentía ahora que se encontraba apo...

Club de socios (4: la boca llena de fiesta)

Entre la escuela y la fiesta de cumpleaños, del trabajo al placer no hay mucha diferencia.

En el pequeño espejo del auto sólo cabían sus ojos, nariz y unos cuantos mechones de pelo. Pocos rasgos, pero suficientes para darle una impresión de su aspecto general. Bajo los ojos, sus marcadas ojeras producto del fin de semana poco descansado que había tenido se delataban en el maquillaje aguado y corrido por las lágrimas, sus ojos se veían aún congestionados y los mechones que llegaban hasta sus mejillas se apreciaban sucios, aplastados y pegoteados, con el brillo singular que le daba la saliva...

Club de socios (3: Reunión con el Director)

Sara termina de relatar a su amo lo ocurrido durante la mañana en clases.

Desde muy joven, Sara se había sentido acomplejada por sus pezones. Al desarrollarse y crecer de la rápida y notoria manera que lo hicieron sus tetas, sus pezones acompañaron la expansión y la acentuaron. Grandes y oscuros, Sara gastó siempre tiempo y recursos intentando ocultarlos o aminorarlos en blusas blancas y bikinis. Ahora, un curso de más de 30 chicos de entre 15 y 16 años, tenía para su asombro y regocijo el espectáculo de los legendarios pezones de Sara, danzando notoriamente tras la traslúc...

Vieja Culiá (4: primera consumación)

El relato de la sesión de sexo entre la protagonista y el sujeto de su deseo.

Día 13

Julia sentía la humedad de su entrepierna refrescando al contacto al aire. Quería mantenerse por algún tiempo así, desmadejada sobre la cama, abierta de piernas, como una muñeca usada. Aún estaba medio vestida, si se le puede llamar de esa manera: su camisa medio rota con botones menos, abierta y arrugada bajo sus hombros y por detrás de su espalda, su sujetador roto, y suelto a mitad de su carnoso vientre; su falda recogida sobre su pubis y sus pantaletas tan sueltas que pensaba que...

Vieja Culiá (3: víctima y victimario)

Por fin Julia va a obetener lo que quiere: Un adolescente dispuesto a follársela.

día 13

Como era su costumbre los lunes, Ricardo capeó las últimas 2 hrs de clases. Ahora se encontraba en el patio de los Martínez., con los pies embarrados y el corazón en sus sienes. Ansioso desde el día anterior, al no saber qué se encontraría al entrar a la casa.

Ahora, al asomarse a la ventana de la habitación matrimonial, tenía su respuesta: la vieja Martínez, sentada al borde de la cama, con las manos apoyadas en ella, las piernas juntas, enfrentándolo con expresión anhelante… p...