Aventura en el taxi
El sol relucía, hacía calor. Subí en el taxi y dije la dirección, me acomodé en el asiento, me esperaba un viaje algo largo.
Terminé de pintarme los labios, me dirigí a la habitación, cogí el bolso... Llaves, cartera, móvil... Bien, todo perfecto. Salí al pasillo y me dí un último repaso en el espejo del recibidor. Decidí ponerme para esa ocasión un vestido azul turquesa, corto, ajustado, con escote pronunciado y tirantes, zapatos con un tacón de vértigo, el pelo liso caía como cascada por mí espalda. Sonreí, sabía que le iba a gustar. Cerré la puerta trás de mí y salí a la calle, de camino a la parada de taxi, no pude evit...