Fiebre sexual
Tenía que ayudar a mi marido a escalar los mejores puestos en la Compañía para la que trabajaba, y qué mejor que con mis atributos femeninos.
El vestido nuevo estaba sobre la cama, lo contemplaba y no me decidía a ponérmelo; permanecía en ropa interior, también nueva; brasier y pantaletas en negro, de encajes y vuelos. Siempre he sido una hembra alta, de senos muy abundantes y desarrollados, será porque aún contienen leche para gusto y placer de mi marido, que se deleita exprimiéndolos. Mis pezones son picudos y muy sensibles. Mi esposo se vuelve loco por mis tetas y en los años que llevamos de casados, sé que he sido la única en su vida. A...