Anécdota del Papa
Era alguien muy muy importante...
Durante su última visita a República Dominicana, el Papa, cansado de tanto protocolo y alabanza se decide romper un rato las reglas. Cuando sube a la limousina para uno de los traslados le dice al chofer: "Hijo mío, tengo ganas de romper un poco el protocolo. ¿Serías tan gentil de dejarme manejar mientras tú te vienes atrás para descansar?"
Nadie puede negarle algo al Papa, ¿verdad? Y aquí vamos, con el Papa al volante y el chofer sentado atrás en una enorme limousina de vidrios polarizados.
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