Aquel era un barrio tranquilo 04
De pronto me entran unas ganas enormes de visitar a los vecinos, para ver qué pasaba esta vez, aunque estaba claro que lo que realmente quería era ser follado otra vez.
Estaba agitadísimo esa noche por los sucesos del día y cuando nos acostamos le insinué a mi mujer que no se pusiese la camisa de dormir, que quería verla un poco al natural. Tuvimos un polvo de escándalo, yo estaba súper excitado, caliente pensando en lo ocurrido en la mañana y creo que ella se asombró y disfrutó de ese estado de excitación que yo llevaba.
Seguimos así dos o tres días más, y luego se fue tranquilizando la cosa, hasta volver a su ritmo normal, y yo me dediqué de nuevo en mi trabajo y s...