Me dicen -Lobuna-, pero soy...
Lo pasa realmente bien con Marta... y no solo con ella.
Para poder completar la frase del título, necesitaré hacer un poco de historia.
Llegué a Puerto M..., en el sur argentino, a los cuatro años. Papá, empresario pesquero, rompió con mi madre cuando yo tenía esa edad y a consecuencia de ello, el suegro lo quiso sacar del negocio. Mi viejo lo madrugó: llenó una valija de billetes, abordó el mejor barco, me cargó en él, y se fue lo más lejos que pudo.
Una vez aquí, con el dinero que trajo consiguió papeles fraguados, compró casa, comenz...