Cuando la realidad supera lo deseado
Un hombre afortunado y oportunista codicia la mujer de un amigo, ignorando que nada es lo que parece y el final que le espera.
Cuando la realidad supera lo deseado.
Soy un tipo afortunado, la vida generalmente me sonríe a lo grande. Mis dones característicos provienen de mi aspecto físico, y de conocer la mentalidad humana y sus necesidades. Así me he abierto camino en la vida.
Mi primer amante fue la dueña de la tienda donde hacía mis primeras armas llevando pedidos. Tenía 15 años y ella 40, muy fuerte y muy calentona. La follaba todas las tardes luego de cerrar, llegué a echarle 4 polvos de corrido, y de hacer ma...