Enamorada de un boxeador - Parte 5
Alex la besó cariñosamente, como muestra de que no había nada de qué temer, haciéndole saber que podía confiar en él, porque esta noche él era el encargado de consentirla, de hacerla sentir mujer, su mujer.
Luego de un rato, los muchachos llegaron al apartamento de Alex, y debido a prácticamente un milagro no se estrellaron. Ariana iba rogando en todo el camino para que Alex condujera prudentemente y se sostenía de él con todas las fuerzas que tenía en sus frágiles brazos. Alex se dio cuenta de lo tensionada que iba la muchacha y trató de disminuir la velocidad para no asustarla. Le causaba mucha gracia y ternura a la vez. Como se notaba que no le gustaban para nada las motos.
Cuando llegaron al pequeñ...