La historia de Miranda
Antes de que mi hermana regresara, comencé a desvestirme y a guardar todo en su lugar. Me miré una vez más en ropa interior con la peluca puesta y la erección fue más fuerte. Al bajarme las pantaletas toqué mi pene y empecé a sobarlo y al mismo tiempo sentí un placer extraño. Me imaginé vestida, saliendo a la calle, viendo los aparadores de las tiendas mientras algún niño me miraba y me silbaba. Entonces ocurrió
Hola, mi nombre es Vanesa.
En esta ocasión les contaré lo que ocurrió la noche del cumple de mi amiga Rebeca.
Como recordarán, mi papá me había dado permiso de quedarme a dormir la noche de la fiesta en casa de mi amiga, gracias a la ayuda de su tía Penélope.
Mi papá me compensó la pérdida de tiempo (los albañiles se fueron tarde y evité siquiera verlos, no fuera a ser que se cumpliera mi sueño) dándome dinero extra para que comprara un vestido para la fiesta. Como las tiendas depart...