Fantasias femeninas de ayer y hoy

Aquí sabrás más de mujeres si es que acaso te interesan varón intrépido.

Las fantasías sexuales femeninas más comunes

**Durante mucho tiempo se creyó que las mujeres carecían de fantasías sexuales. Claro, como no tenían necesidades eróticas, la imaginación no se les disparaba en esa dirección. Pero cuando se aceptó su autonomía sexual, comenzó a estudiarse su capacidad fantaseadora y se comprobó que en el transcurso del tiempo hay cada vez más mujeres que se atreven a decir que ellas también se imaginan cosas tradicionalmente consideradas poco edificantes. Y no solo e...

Orgasmo tanguero

El tango, danza prostibularia, erótica y sensual, permite que Caro cuente una experiencia breve con un final inesperado para ella.

Orgasmo tanguero

¿Se acuerdan de mi? Caro, profesora de historia, madura con poco más de 50 años, soltera, morocha, ojos color café, labios finos, 1,69 de estatura, tetas abundantes, culo amplio y piernas sin señales de celulitis.

Mi objetivo de hoy no es limitarme a contar solamente una historia erótica, sensual y tanguera sino también hacerles conocer algo más sobre el tango, últimamente motivo de varios relatos.

Espero que no se sientan ofendidos aquellos que hayan utilizado al tan...

Cuentos - Las cuatro esquinas

Los hombres más juiciosos no son más que locos mansos. Oigan ustedes esta historia.

LAS CUATRO ESQUINAS

Los hombres más juiciosos no son más que locos mansos. Oigan ustedes esta historia.

Tengo desde hace muchos años íntima amistad con el Conde del Sarmiento; un hombre inteligente, instruido, caballeroso, y del que puede decirse que, si no es un genio, es por lo menos un escritor distinguido.

Una mañana entró en mi alcoba cuando acababa yo de despertar.

—Perdóname —dijo— que tan temprano venga a molestarte.

Quiero que seas mi padrino.

— ¿Pero vas a ba...

Leyendas - Dédalo e Ícaro

También Dédalo de Atenas era un erectida, hijo de Metíon, biznieto de Erecteo. Fue el hombre más ingenioso de su tiempo: arquitecto, escultor y artífice de la piedra.

Dédalo e Ícaro

También Dédalo de Atenas era un erectida, hijo de Metíon, biznieto de Erecteo. Fue el hombre más ingenioso de su tiempo: arquitecto, escultor y artífice de la piedra. En las regiones más diversas del mundo se admiraban las obras de su arte y de sus estatuas se dice que vivían, movíanse y veían, hasta el punto de que no se las tomaba por estatuas, sino por seres animados. Pues mientras las estatuas de los maestros que le precedieron tenían los ojos cerrados y las manos, pegadas a l...

Leyendas - Ion

Hermes, el dios alado, corrió a Atenas y cumplió el encargo de su hermano; en la misma canastilla de juncos en que yacía, depositó al niño ante las puertas del templo de Delfos, cuidando de abrir la tapa de la canasta para que la gente lo viera.

Ion

El rey Erecteo de Atenas (que al igual que Progne y Filomela, fue hijo del rey Pandíon el Viejo y de la náyade Zeuxipe. Entre las hijas de Erecteo debemos mencionar, además de Creúsa, Procris y Oritia), se complacía en una de sus hermosas hijas llamada Creúsa. Con ella se había desposado Apolo sin conocimiento del padre. Habiendo dado a luz a un hijo, por miedo a las iras de su progenitor, lo encerró en un arca y lo dejó en la gruta que había sido testigo de las secretas entrevistas con el d...

Cuentos - El divorcio

— A veces huele mal, y a veces bien.

EL DIVORCIO

Querido lector: Quizá lo que voy a referirte lo habrás escuchado o leído alguna vez; pero eso me tiene muy sin cuidado, porque recuerdo una de las máximas famosas del Barón de Andilla, que dice:

"Si alguien te cuenta algo, es grosería decirle: por supuesto, lo sabía.

Y como yo estoy seguro de tu buena educación, y además este cuento puede serte de mucha utilidad, prosigo con mi narración, seguro de que, si la meditas, me la tendrás que agradecer más de una vez en el camino...

Realidad - Burka

Arde otro mundo más allá de esta celosía que atrapa nuestra mirada. Así, de la quietud horadada va ensangrentándose este subsuelo donde, conviene recordároslo, habitamos nosotras.

BURKA

Arde otro mundo más allá de esta celosía que atrapa nuestra mirada.

Lo sabemos, lo intuimos, quizá reinventado. Sus tierras ocres hirvientes de sangres freáticas, de odios espesos, bajo un cielo que acuchilla cualquier esbozo de penumbra.

Un país sin esquinas ni sombras, sin primaveras, de geografía sumida en la absoluta esencialidad de los elementos.

El cielo azul y la tierra vacía, polvo y rocas y un silencio de espinas atravesando la relampagueante quietud que...

Cuentos - En una casa de empeños

Era una tarde del mes de diciembre.

EN UNA CASA DE EMPEÑOS

Enrique Granier era un francés de gran corazón, y, sin embargo, se había establecido en México abriendo una casa de empeños.

No quiere decir eso que yo juzgue hombres de malos sentimientos a los que tienen casas de empeños; pero hay, sin embargo, necesidad de tener un carácter especial para fundar la propia ganancia en la desgracia ajena; porque es seguro que solamente van a buscar el remedio en el empeño los perseguidos de la suerte, y allí se apuran hasta los último...

Leyendas - Progne y Filomela

— ¡Mía es la victoria!— gritaba en su corazón, devorando a la candida doncella con sus miradas centelleantes. Así brilla el ojo ávido del águila cuando, soltando de las corvas garras la palpitante liebre, la deposita en su elevado nido de rocas, de donde le será imposible escapar.

Progne y Filomela

En Atenas reinó una vez el rey Pandíon, hijo de Erictonio, nacido de la Tierra, y de la ninfa Pasítea. Casóse con una hermosa náyade cuyo nombre era Zeuxipe, y que le dio los gemelos Erecteo y Butes, así como dos hijas, Progne y Filomela. Ocurrió que Lábdaco, rey de Tebas, entró en conflicto con Pandíon e invadió el Ática al frente de sus huestes devastadoras. A pesar de su animosa resistencia, los atenienses hubieron de retirarse a la capital, y Pandíon, ante el apuro, pidió a...

Cuentos - La señora Josefina

Al día siguiente, muy temprano nos despertamos, con una sonrisa fresca y un dulce beso impregnado de amor en los labios.

Cuento – La señora Josefina. – Un día en la vida de una mujer.

La esencia de este relato la escuché, siendo casi niño por casualidad, una tarde en que estaba yo jugando en un recodo de la terraza de la casa de mi tío Fortunato, donde él y otros amigos estaban en sendos sillones tomando la copa y platicando. Cuando empezó, me quedé quietísimo y mudo escuchando lo que narraba:

Hola señora Josefina: - ¿cómo se ha sentido?

Bien, he estado mucho mejor de mis pies, y las piernas ya no l...