¿Qué más vas a enseñarme?
Carta a mi amante, tras la increíble sesión de sexo oral en el auto.
¿Te acuerdas bien?
No fue un día cualquiera: te recogí en tu ciudad, a la hora que salías de la oficina, pasadas las cuatro de la tarde, y quince minutos después nos besábamos en un cuarto de hotel. Nos desvestimos cuidadosamente, prenda por prenda, cada una a su tiempo. Busqué entre los pliegues de tu cuerpo el botón del clítoris y la jugosa herida de tu sexo.
Me cabalgaste despacio, moviéndote como sabes hacerlo, sin dejar de besarme, hasta hacerme terminar entre estertores de agonía. Emp...