La viuda necesitada y el sobrino complaciente
Cuando cae la noche al lado de un apartado río y una mujer necesitada siente una polla rozar su coño...
Había jurado bandera y le dieran un permiso en el cuartel. En el pueblo no había mucho con que divertirse y cómo le gustaba la pesca fluvial, solía ir a pescar al río. ¡Tiempos aquellos en que los ríos eran ríos con aguas cristalinas y estaban repletos de truchas, anguilas...!, pero volvamos al río. Enrique, un tocayo mío, siempre pescaba en un recodo donde solían picar las truchas.
Y cómo de costumbre paso a escribir el relato en primera persona.
-Caíste, cabrona -dije al sacar una trucha del a...