Una madre necesitada de rabo
La madre de uno de mis alumnos me empieza a descubrir un mundo maravilloso de sexo salvaje
Durante mi último curso universitario me surgió la posibilidad de ser monitor de ajedrez en las actividades extraescolares que se organizaban en un colegio privado cercano a mi domicilio. Uno de los profesores del centro, amigo de la familia, me llamó para ofrecérmelo ya que al chico que tenían contratado para tal labor le había surgido otro trabajo mejor remunerado y había renunciado a mitad del curso. No es que pagaran mucho, la verdad, pero sólo me quitaba una hora dos tardes a la semana y me abría una p...