Crónicas domésticas (01)
La Señora Melva sería mi inesperadamente mi mas dulce amante...
CRÓNICAS DOMÉSTICAS (I)
Desde niño viví siempre en la compañía de empleadas domésticas. Pues mis padres ambos trabajaban y siempre niño me dejaban al cuidado de muchachas o señoras algunas simpáticas otras no tanto. Así fue siempre incluso cuando cumplí la mayoría de edad.
Cuando tenía 19 años y cursaba los primeros semestres universitarios, llegó a casa la Sra. Melva. Una mujer en sus 36, bien conservada a pesar de la dura vida que seguramente le había tocado afrontar. Madre de una hija d...